Volumen 7 / Nro. 20 / Mayo - agosto 2025 / ISSN: 2708-6305 / ISSN-L:
2708-6305 / Pág. 16 - 30
Influencia del apoyo social en el bienestar emocional de un grupo
pequeño de estudiantes universitarios en la Universidad Adventista de Bolivia,
en la gestión 2024
Influence
of social support on the emotional
well-being of a small group of
university students at the Adventist University
of Bolivia, in the 2024 administration
Joselyne
Rosio Choque Aduviri
ljoselyne.choque@uab.edu.bo
https://orcid.org/0009-0007-7767-5486
Universidad Adventista de Bolivia, Cochabamba, Bolivia
https://doi.org/10.61287/warisata.v7i20.2
| Artículo recibido: 15 de noviembre 2024 | Arbitrado: 10 de diciembre
2024 | Aceptado: 10 de febrero 2025 | Publicado: 10 de mayo 2025
RESUMEN
El bienestar
emocional y el apoyo social son importantes en el desarrollo integral de las
personas, específicamente durante la adolescencia y la juventud por cambios
significativos en estas etapas, como el desarrollo de la identidad personal, el
fortalecimiento de la autonomía, la construcción de relaciones sociales más
complejas y la adaptación a nuevas responsabilidades académicas y emocionales.,
por tanto, el objetivo de este estudio es describir la influencia del apoyo
social en el bienestar emocional de estudiantes en la Universidad Adventista de
Bolivia en el municipio de Vinto, Cochabamba, en la gestión 2024. Para esto se
llevó a cabo una investigación de diseño descriptivo-exploratorio, con un
enfoque cualitativo. La población de estudio estuvo compuesta por estudiantes
que forman parte de un “grupo pequeño” dentro de la universidad, seleccionados
mediante un muestreo intencional. Los resultados revelaron que los estudiantes
destacan el apoyo emocional recibido como fundamental, ya que promueve un sentimiento
de inclusión, aliviando el estrés y fortaleciendo las relaciones
interpersonales. Los estudiantes encuentran contención emocional y desconexión
de la presión cotidiana, lo cual contribuye a su bienestar. El grupo fomenta el
desarrollo de habilidades sociales y fortalece la vida espiritual mediante
enseñanzas cristianas, promoviendo un sentido de comunidad y crecimiento
personal. También valoran el apoyo informacional en áreas personales,
académicas y espirituales.
Palabras
clave: Apoyo Social; Bienestar Emocional; Estudiantes;
Universitarios; Universidad Adventista de Bolivia
ABSTRACT
Emotional well-being and social support
are important in the
integral development of people, specifically during adolescence and youth due to
significant changes in these stages, such
as the development of personal identity, the strengthening of autonomy, the
construction of more complex social relationships and the adaptation to new academic and emotional responsibilities; therefore, the objective of this
study is to describe the influence of social support on the
emotional well-being of students at the Adventist University
of Bolivia in the municipality of Vinto,
Cochabamba, in the 2024 administration.
For this purpose, a descriptive-exploratory
research design was carried out,
with a qualitative approach. The study
population was composed of students
who are part of a “small group”
within the university, selected through purposive sampling. The results
revealed that students highlight the emotional support
received as fundamental, since
it promotes a feeling of inclusion,
relieving stress and strengthening
interpersonal relationships. Students
find emotional containment and disconnection from daily pressure,
which contributes to their well-being.
The group fosters the development
of social skills and strengthens spiritual life through Christian teachings, promoting a sense of community and personal growth. They also
value the informational support in
personal, academic and spiritual areas.
Keywords: Social Support; Emotional Wellbeing; Students; University Students; Adventist University of Bolivia
INTRODUCCIÓN
El apoyo social ocupa un papel fundamental en la vida de los
estudiantes, especialmente en sus vínculos con amigos, proporciona alivio y
motivación en momentos de estrés, genera oportunidades para el intercambio de
experiencias, pensamientos y opiniones (López et al., 2020). Este apoyo,
especialmente de tipo emocional, constituye una base fundamental de bienestar
y, un recurso valioso para potenciar la salud mental positiva (Barrera &
Flores, 2020).
Tejada et al. (2024) destaca que el apoyo emocional en las relaciones
positivas puede fomentar la resiliencia emocional. En situaciones adversas,
contar con el apoyo de personas permite enfrentar y superar los desafíos de
manera más efectiva, tomando en cuenta que estas relaciones positivas pueden
actuar como un mecanismo de regulación emocional, proporcionan un espacio
seguro para explorar y expresar libremente las emociones, lo que contribuye a
un mayor bienestar emocional. Andreola (1984),
resalta que influencia recíproca constante entre amigos, la interacción
continua en diversos ámbitos, la búsqueda de objetivos comunes y la
complementariedad de los roles asignados fomenta la interdependencia y la
responsabilidad individual.
Fiallo Armendáriz et al. (2022), menciona que todas las personas deben
disponer de redes de apoyo social que le proporcionen protección, afecto y
comprensión, favoreciendo un entorno en el cual se sientan valorados y
respaldados, facilitando el desarrollo de competencias que promuevan su
autoconfianza y bienestar emocional. Para Beltrán (2013), un elemento
fundamental de las redes consiste en los diversos intercambios que se producen
entre las personas, ya sean materiales, instrumentales, emocionales u otros,
los cuales impactan directamente en el nivel de satisfacción.
Aportes realizados por López et al. (2014), señalan que algunos
estudiantes necesitan del apoyo de un grupo amplio de personas para sentirse
satisfechos, mientras que para otros el apoyo de una sola persona es
suficiente. Sin embargo, en ambos casos, la familia se establece como la
principal fuente de apoyo, considerándose fundamental en las expectativas de
logro y motivación de los estudiantes. En el ámbito académico, el apoyo social
permite a los estudiantes, a través de la relación con amigos, recibir consuelo
y ánimo en situaciones de estrés, así como tener espacios para intercambiar
experiencias, ideas y opiniones (López et al., 2020). De acuerdo a Homans
(1958) el apoyo social se considera una recompensa en las relaciones humanas.
Las personas buscan relaciones que les proporcionen apoyo emocional, lo que
ocasiona en sentirse comprendido, respaldado y valorado. De esta manera permite a los estudiantes
desarrollar una actitud optimista ante los problemas, facilita la regulación
emocional, de la misma manera, disponen de recursos para buscar ayuda y
afrontar desafíos.
Por otro lado, Barrera & Flores (2020) propone que hay mayor fuente
de apoyo percibido en los amigos, esto porque pasan más tiempo con actividades
académicas y sociales, que con la familia. Tomando en cuenta la transición
académica que atraviesan los estudiantes, dependiendo en cierto grado de sus
pares y redes de apoyo que ofrece la universidad. Concordando con
Treviño-Vázquez et al. (2024), quien refiere que durante los primeros semestres
los estudiantes forman nuevas conexiones sociales mientras se adaptan a un
entorno académico desconocido, conforme el tiempo avanza, estas relaciones se
consolidan y fortalecen, dando lugar a vínculos más sólidos.
López-Angulo et al. (2021) refiere que los estudiantes que experimentan
un mayor apoyo social y apoyo a su autonomía tienden a sentirse más motivados
para continuar, esforzarse, comprometerse, inspirarse, involucrarse y
concentrarse en las actividades académicas, lo cual reduce la probabilidad de
abandono en sus estudios.
Para Ocampo & Correa (2023), las personas que experimentan un
entorno de seguridad y apoyo durante la infancia y adolescencia, desarrollan
habilidades emocionales y sociales, están mejor preparadas para enfrentar las
diversas decisiones y desafíos de la adultez. Este equilibrio se refiere a la
distribución del tiempo entre actividades productiva, ya sean remuneradas o no,
y de consumo, que incluyen el tiempo libre con familiares y amigos
Sinchigalo-Martínez,
et al. (2022) retomando a Goleman, sostienen que la gestión de las emociones,
la empatía y la automotivación, todos componentes de la inteligencia emocional,
pueden ayudar a los estudiantes a manejar mejor el estrés y la ansiedad,
mejorar la concentración y facilitar la adaptación a la vida universitaria. Por
otro lado, Anchundia et al. (2024), indica que el estado emocional produce
cambios conductuales y fisiológicos en la persona, siendo fundamental para la
vida y la interacción con la sociedad, ya que determinan el comportamiento y
pensamiento de cada individuo.
El bienestar emocional durante la universidad es vital, permite
comprender desafíos académicos, mantener relaciones saludables y apreciar
plenamente de su experiencia universitaria. Hernández Vergel et al. (2021)
señala que alcanzar el bienestar emocional puede parecer tarea sencilla, pero
es un proceso complejo. El bienestar emocional está entrelazado a las
emociones, las cuales influyen en la conducta, las actitudes y las
interacciones con el entorno. Asimismo, está determinado por factores internos
y externos, siendo un estado dinámico y no permanente, su desarrollo está
influido por aspectos como la educación emocional, las redes de apoyo y el
contexto de vida de la persona (Sinchigalo-Martínez
et al. 2020).
En el ámbito universitario el bienestar emocional desempeña un aspecto
esencial para el desarrollo integral de los estudiantes. Sin embargo, no es
factible dividir entre emociones buenas y malas, considerando que dependen de
experiencias anteriores y el momento presente (Hernández Vergel et. al, 2021).
En el contexto universitario participar en actividades despierta un interés
genuino, proporciona un sentido de propósito y significado, no solo contribuye
a una experiencia universitaria más beneficiosa, sino que puede influir en la
autoestima y bienestar emocional, fortalecer la capacidad para enfrentar
desafíos y construir relaciones positivas (Sinchigalo-Martínez
et al. 2020).
Hogg & Vaughan
(2010) presentan a la satisfacción como un componente esencial del bienestar
subjetivo, ya que está profundamente conectada con nuestras interacciones
sociales.
Este estudio aborda las características del apoyo social en un grupo
pequeño y cómo influye en el bienestar de los estudiantes universitarios dentro
de este grupo. La relevancia de este estudio radica en que los grupos pequeños,
al proporcionar un entorno cercano y regular, son espacios clave para el
desarrollo de vínculos sociales y el bienestar emocional. Esto se ha
evidenciado en entrevistas realizadas a dos pastores, quienes destacan la
importancia de estos grupos en la vida de los estudiantes. Además, desde una
perspectiva personal, la investigadora, siendo también estudiante
universitaria, ha podido observar cómo las dinámicas de estos grupos,
especialmente en un contexto de vida independiente, influyen en el bienestar de
los estudiantes. Ente estudio se diferencia de investigaciones previas, que se
han centrado en grupos de estudiantes de determinados semestres y han adoptado
enfoques cuantitativos, limitándose al apoyo emocional. En contraste, este
estudio se enfoca en un grupo pequeño dentro de un contexto religioso, con
estudiantes de diferentes carreras y semestres, se busca explorar las dinámicas
de apoyo social desde una perspectiva cualitativa. Para entender de manera más
puntual estas interacciones, se espera generar pautas que puedan contribuir a
mejorar el funcionamiento de estos grupos, que son regulares en la institución
universitaria adventista.
De acuerdo a todo lo indagado, el presente estudio se propuso como
objetivo general: describir la influencia del apoyo social en el bienestar
emocional en estudiantes de la Universidad Adventista de Bolivia, en el
municipio de Vinto, Cochabamba, en la gestión 2024. La investigación se llevó a cabo en un “grupo
pequeño” de estudiantes que se reúnen dos veces por semana en las que realizan
actividades espirituales, comparten experiencias, reflexionan sobre temas relevantes
y desarrollar habilidades sociales mediante dinámicas participativas.
MÉTODO
El presente estudio empleó un enfoque cualitativo con el propósito de
analizar los fenómenos sociales en su complejidad y carácter espontáneo,
enfocándose en interpretar las experiencias y comprensiones de los
participantes sobre su entorno, con especial atención a los contextos, procesos
y significados. Esta metodología se caracteriza por ser inductiva y flexible,
facilitando la interacción entre el investigador y los participantes para la co-construcción del nuevo conocimiento. El objetivo central
radica en la generación de teorías empíricas que proporcionan nuevas
perspectivas y un entendimiento profundo de la realidad social (Vasilachis de Gialdino, 2007).
El estudio se enfoca en entender cómo las relaciones de apoyo social
influyen en el bienestar emocional de los participantes. Busca identificar las
dinámicas, percepciones y emociones que surgen en diferentes contextos, con el
fin de generar teorías empíricas que ofrezcan nuevas perspectivas. En
particular, se pretende comprender cómo el apoyo social contribuye a mejorar o
mantener el bienestar emocional en un contexto educativo.
Por otro lado, se basó en un diseño descriptivo, cuyo objetivo principal
es especificar las propiedades, características y aspectos clave del fenómeno
analizado. Por eso, se justifica el estudio de la influencia del apoyo social
en el bienestar emocional, ya que busca comprender cómo estas interacciones
afectan el estado emocional de los individuos.
Asimismo, se tomó el diseño exploratorio, cuyo objetivo principal es
examinar un tema o problema de investigación poco estudiado o novedoso. En este
contexto, la exploración del apoyo social y su relación con el bienestar
emocional se convierte en un área de interés significativa.
El universo de estudio estuvo conformado por los diecisiete estudiantes
universitarios que asisten regularmente al grupo juvenil “The
Brave”. Para la muestra, se seleccionó a un grupo de seis estudiantes,
compuesto por hombres y mujeres, dentro del rango de edad de 18 a 23 años,
quienes también participan activamente en las actividades del espacio joven,
sin embargo, se incluyó a dos capellanes que tienen a cargo diferentes grupos
pequeños de diversas carreras dentro de la Universidad Adventista de Bolivia para
obtener información secundaria sobre el grupo pequeño, el significado y la
estructura que lo compone.
La selección de la muestra se llevó a cabo mediante un muestreo
intencional, una técnica no probabilística en la que los participantes son
seleccionados deliberadamente (Hernández Sampieri, 2010). Esta elección fue guiada por criterios
específicos establecidos previamente para la investigación, entre estos fueron
la participación activa por al menos seis meses en las reuniones realizadas los
viernes en la noche, que estén en el rango de edad de los 18 a 23 años, sean
estudiantes universitarios, que sean mujeres y varones, que sean de diferentes
lugares. De tal forma, los criterios de exclusión fueron estudiantes que no
tengan una participación activa de mínimo seis meses dentro del espacio joven,
que no estén dentro del rango de edad establecido en la investigación y que no
cumplan con los criterios de inclusión, lo que asegura que los participantes
cumplan con los requisitos necesarios para responder a las preguntas de
investigación planteadas.
Se aplicaron entrevistas semiestructuradas a los estudiantes
universitarios que integran el grupo pequeño “The
Brave”, tomando en cuenta los criterios de inclusión con el fin de explorar
detalladamente las experiencias, percepciones y opiniones de los estudiantes de
forma individual (Díaz-Bravo et al., 2013), de la misma manera se incluyó una
entrevista semiestructurada a dos capellanes pastores adventistas que acompañan
a estos grupos pequeños, para para obtener información sobre la funcionalidad
del grupo pequeño dentro de la Universidad Adventista de Bolivia y la dinámica
con la que se organiza junto con los estudiantes.
Dado el enfoque cualitativo de esta investigación, la validación del
instrumento no se ajusta a los criterios de validez y confiabilidad propios de
la investigación cuantitativa. Sin embargo, para garantizar la pertinencia de
las preguntas y su alineación con los objetivos del estudio, se llevó a cabo
una entrevista piloto. Los resultados de esta prueba permitieron identificar y
modificar aquellas preguntas que no contribuían a una comprensión profunda.
También se llevó a cabo un grupo focal con los mismos estudiantes que
participaron en la entrevista semiestructurada, un total de seis, seleccionados
por cumplir con los criterios de inclusión establecidos. El propósito de esta
actividad fue profundizar en las percepciones de los participantes dentro de un
contexto grupal, permitiendo explorar de manera más amplia y dinámica sus
experiencias y perspectivas sobre el apoyo social y el bienestar emocional. Por
último, se llevaron a cabo observaciones participantes en el grupo pequeño “The Brave” durante los meses de septiembre y octubre de
2024, con el objetivo de analizar la influencia del apoyo social en el
bienestar emocional de los estudiantes. A través de la participación activa en
las reuniones semanales, los viernes y sábados, se registraron las dinámicas
grupales, las interacciones sociales y las expresiones de apoyo emocional. Esta
técnica, que implica una interacción directa con los participantes mientras se
experimenta de manera personal la realidad del contexto investigado (Hernández
et al., 2010), permitió identificar patrones recurrentes en la estructura del
grupo, los roles de liderazgo, los temas de conversación y los espacios de
apoyo emocional.
Para el análisis de la información, se llevó a cabo un proceso de
sistematización de la información obtenida a través de entrevistas
semiestructuradas realizadas a los estudiantes y capellanes, así como la
información recopilada durante el grupo focal, en la que se implementó una
transcripción y organización de datos obtenidos por los participantes,
seguidamente se hizo una lectura detallada para identificar temas clave,
patrones y frases recurrentes, posteriormente se hizo una clasificación por
objetivos específicos definidos para la investigación, finalmente, se hizo una
interpretación de los hallazgos obtenidos conectando con el tema de
investigación y el marco teórico previamente definidos.
RESULTADOS
A continuación, se presentan los datos en la que se identifica la
influencia del apoyo social en el bienestar emocional, para eso se
implementaron seis entrevistas semiestructuradas, un grupo focal y observación
participante. Las edades de los participantes comprendían desde los 18 a 23
años; tres de ellas eran mujeres y tres varones.
La información secundaria recopilada por los capellanes adventistas
sobre el grupo pequeño "The Brave"
proporciona un contexto valioso para comprender mejor su estructura y
funcionamiento dentro del ámbito universitario adventista.
El “grupo pequeño de The Brave” se formó a
inicios del 2024 con un número aproximado de 17 personas de la carrera de
ingeniería en sistemas. Actualmente está conformada por 20 estudiantes que
asisten regularmente a las reuniones semanales, en las que 7 son mujeres y 13
son varones. La edad de los estudiantes varía entre los 18 a 23 años. 15
estudiantes son de la carrera de ingeniería en sistemas, 3 de la carrera de
arquitectura, 2 de ingeniería civil. El significado del nombre surge a raíz de
que buscaban una relación entre la carrera de ingeniería en sistemas, ya que
traducido al español el grupo “The Brave” significa
valientes y para ellos un valor más significativo como navegadores digitales
valientes.
Con base a los datos recopilados por el capellán del grupo (pastor
adventista encargado del grupo Job), se define un “grupo pequeño” como un
espacio diseñado para reunir personas en un ambiente social y familiar,
diferente al entorno formal de la iglesia, con el objetivo de facilitar la
interacción sin presiones y disminuir posibles prejuicios hacia instituciones
religiosas. Este enfoque busca ofrecer un contexto amigable donde los
estudiantes puedan acercarse al mensaje espiritual de una manera accesible:
“Tiene un foco misionero, es un grupo pequeño que se arma con la idea de
que un grupo de hermanos tenga un espacio para reunirse (…)” (Ent. Pastor Cristian).
“(…) Es que la persona se sienta lo más cómodo o cómoda posible y pueda
hacer y conocer amigos, pueda estudiar la Biblia, pueda tener un momento de
refrigerio, de risas y todo eso (…)” (Ent. Pastor
Job).
Dentro del contexto universitario adventista, los grupos pequeños
adquieren una estructura particular en la que los estudiantes asumen roles de
liderazgo y responsabilidad sobre el funcionamiento del grupo. Los estudiantes
se encargan de planificar y desarrollar actividades que incluyen momentos de
socialización, dinámicas grupales y la presentación de mensajes espirituales:
“(…) funcionan con la cabeza de un grupo de estudiantes de cada carrera,
(…) con un grupo de liderazgo de estudiantes de cada semestre de la carrera
(…)” (Ent. Pastor Cristian).
Sin embargo, existen tres programas para los estudiantes, el primero, es
el grupo pequeño que fusionan los días viernes en la que es más libre la
temática para poder elegir el estudio de la biblia y en las que hay más
momentos de compartimiento entre los estudiantes, es debido a esto que la
investigación está guiada a este espacio; el segundo, es el Espacio Joven que
es el mismo grupo pequeño solo que se reúnen el día sábado para estudiar la
Biblia y los folletos de lecciones sabáticas; y el tercero, es Jóvenes
Adventistas (JA) o culto joven en la que se busca integrar a los jóvenes a los
diferentes programas de la iglesia adventista. Otro punto importante, es que
cada capellán universitario tiene a cargo carreras específicas y colaboran
estrechamente con líderes estudiantes de cada semestre y carrera.
Características socioculturales que presentan los estudiantes
Los estudiantes provienen de distintos departamentos de Bolivia, como La
Paz, Cochabamba y Tarija, e incluso de otros países como Perú. En relación con
las características económicas de los participantes, la mayoría recibe apoyo
financiero de sus padres. Sin embargo, tres estudiantes, además de contar con
este respaldo familiar, trabajan como ayudantes dentro de la universidad,
desempeñándose en el laboratorio de inglés como ayudantía, en el área de sonido
en los diferentes eventos que se realizan en la universidad, ya sean los actos
de colación, como los días de cultura, por otro lado, también se destacan en la
venta de cosméticos, lo que les permite solventar algunos de sus gastos
personales. Respecto a la vivienda, los estudiantes que residen en el departamento
de Cochabamba aún permanecen con sus padres, mientras que los estudiantes que
vienen de otros departamentos y de otros países vecinos viven en cuartos
alquilados, lo que evidencia un cierto grado de independencia en este último
grupo de estudiantes:
“Vivo en alquiler con unos amigos (…) trabajo en ayudantía en el
departamento de inglés, aquí en la universidad” (Ent.
Rodrigo).
“No trabajo, vivo aún con mis padres y son quienes me ayudan con los
gastos de la universidad y mis gastos personales” (Ent.
Norma).
Características del apoyo social que reciben los estudiantes
universitarios
Con base a las entrevistas se pudo identificar tipos de apoyo social que
reciben los estudiantes universitarios:
Apoyo emocional
Los estudiantes destacan sentirse comprendidos, escuchados y
reconfortados por sus compañeros de grupo, generando un sentimiento de
inclusión y pertenencia que contribuye a mejorar el bienestar emocional de los
estudiantes, aliviando el estrés y fortaleciendo las relaciones interpersonales
dentro del grupo. Para Gracia et al. (2002) la expresión de emociones,
sentimientos y experiencias incide en los sentimientos de ser queridos y
valorados, ayudando a la confianza y al dominio de las emociones:
“(…) mis amigos siempre me escuchan y me dan ánimo” (Ent.
Kelly).
“Siento que me han ayudado a sobrellevar mis problemas” (Ent. Julieta).
“(…) me siento comprendida y apoyada” (…) (Ent.
Norma).
“(…) están dispuestos a ayudar sin juzgar, me siento reconfortado” (Ent. Alejandro).
Las mujeres destacan sentirse incluidas, escuchadas y acogidas por el
grupo, en la que valoran profundamente las experiencias compartidas con el
grupo para fortalecer su bienestar emocional y su sentido de pertenencia. Por
otro lado, los varones tienden a valorar el apoyo emocional por su capacidad
para generar confianza y crear amistades, así como por ser un recurso en la
resolución de problemas concretos o el logro de metas personales:
“(…) genera confianza, lo cual me ayudó a forjar nuevas amistades. Así
como también me gusta brindar apoyo a otros compañeros y amigos de este grupo”
(Ent. Alejandro).
“(…)diría en seguir adelante con los estudios y la vida en general (…)
como solucionar problemas o conflictos” (Ent. Josue).
“…me ayuda a alejarme de ciertas cosas o ciertos hábitos (…) obtengo
otros que pueden formar parte de mi vida y ser de manera más buena para mi
desarrollo como persona” (Ent. Rodrigo).
Apoyo de información
Considerado útil en diversas áreas de la vida de los estudiantes,
proporcionando orientación y herramientas prácticas para afrontar diversas
situaciones, estos ya sean problemas de pareja, estudios académicos y
crecimiento espiritual. De acuerdo a López-Angulo et al. (2020), el apoyo social en los estudiantes,
ya sean estos amigos, proporcionan ánimo y consuelo en diferentes situaciones
como el estrés, además de tener espacios en las que puedan compartir experiencias,
ideas y opiniones. El grupo actúa como un espacio donde cada estudiante tiene
el acceso al intercambio de información.
"...los mensajes que hablaban sobre las relaciones dentro de la
pareja y de la familia (...) Me aportaron mucha información y una guía que me
ayudará a meditar y reflexionar" (Ent.
Alejandro).
"...ayudándome en algunas dudas que tengo sobre materias que ya
pasaron anteriormente" (Ent. Norma).
Apoyo material e instrumental
Es relevante, especialmente en las dinámicas del grupo promueven la
creación de una red de apoyo académico y profesional, donde los participantes
no solo fortalecen sus vínculos sociales, sino que también acceden a
información y recursos que impactan directamente en su desarrollo personal y
académico. Según Gracia et al. (2002), este tipo de apoyo reduce la sobrecarga
de tareas y permite tiempos libres para actividades de recreación y preocuparse
por un mayor crecimiento personal:
“(…) una de los muchos juegos sociales que realizamos con el grupo, pues
se terminó realizándose en conocer a muchas personas de otros países, los
cuales me abrieron puertas a muchas oportunidades en las cuales ahora yo tengo
acceso” (Ent. Rodrigo).
“(...) pude conocer a varios compañeros del grupo de diferentes
semestres, ayudándome en algunas dudas que tengo algunas materias que ya pasó
anteriormente” (Ent. Norma).
Apoyo recibido
Se caracteriza por ser diverso y adaptado a las necesidades específicas
de los estudiantes. Se resalta desde una asistencia práctica en la organización
de actividades, como también apoyo emocional y espiritual en momentos de
crisis, el grupo demuestra su capacidad para responder a las demandas
individuales y colectivas de los estudiantes. Este tipo de apoyo fortalece las
relaciones interpersonales y fomenta un ambiente de reciprocidad, en la que
cada miembro no solo recibe ayuda, sino que también se siente motivado a
contribuir al bienestar de los demás. Además, el apoyo recibido tiene un
impacto directo en la mejora del bienestar emocional, al proporcionar
herramientas prácticas, consuelo espiritual y un sentido de comunidad que
refuerza el grupo al convertirse en un espacio de pertenencia y refugio,
satisfaciendo necesidades fundamentales de conexión social y apoyo emocional.
“(...) apoyo en dirigir el programa propuesto y refrigerio (...) el
apoyo significa mucho ya que tener muchas responsabilidades estresa mucho” (Ent. Norma).
“(...) cuando algún miembro de mi familia cae víctima de alguna
enfermedad, este grupo me brinda apoyo moral y espiritual mediante las
oraciones” (Ent. Alejandro).
“(...) yo vivo sola aquí y ese lugar prácticamente me acogió como si
fuera una casa” (Ent. Kelly).
Apoyo percibido
Se destaca el papel de los docentes, quienes no solo cumplen su rol
académico, sino que también brindan acompañamiento emocional y orientación
personal en momentos de necesidad. Por otro lado, mencionan a los capellanes y
líderes espirituales por su influencia positiva en el desarrollo espiritual de
cada uno de los estudiantes, siendo un tipo de apoyo presente en momentos de
reflexión o dificultad. Finalmente, se destaca la importancia del apoyo en los
espacios religiosos, como los grupos pequeños, en los que encuentran apoyo
emocional y les permite lidiar con las presiones académicas o personales, a
través de los espacios de oración:
“(…) los docentes que siempre están prestos a escucharte (…)” (Ent. Kelly).
“Gracias al pastor Álvaro me bautice y una maestra de escuela bíblica me
guio e inspiró para ser adventista” (Ent, Julieta).
“Tener un momento de oración en la que se hacen diferentes pedidos por
los estudiantes, en base a lo que los estudiantes requieran en ese momento, ya
sea por la familia, por ellos mismos o por algún amigo o incluso relacionado
con lo académico” (Observación participante).
Sin embargo, se consideraron las características del grupo en cuanto al
apoyo social, resaltando un entorno donde el apoyo mutuo entre los estudiantes
del grupo, la socialización y el crecimiento personal son bases esenciales.
Fiallo Armendáriz et al. (2022), señala la importancia de las redes de apoyo
social que proporcionan protección, afecto y comprensión, lo que favorece el
desarrollo de competencias y bienestar emocional. Los estudiantes destacan un
espacio seguro, en el que se sienten incluidos y valorados:
“El compañerismo y la verdad es que a todos les hacen sentir (…) como en
familia (…)” (Ent. Kelly).
“Es único donde todos son bienvenidos pese que son de diferentes
carreras se llevan bien (…)” (Ent. Julieta).
“El compañerismo que se tiene entre todo el grupo (…)” (Ent. Josue).
“(…) todos son bienvenidos sin
importar la carrera (…)” (Ent. Alejandro).
Se resalta la estructura participativa y la organización colaborativa
del grupo, en la que las responsabilidades son compartidas, lo que favorece un
liderazgo inclusivo que evita jerarquías rígidas, incentivando así la
participación activa de los estudiantes en actividades grupales, ya que permite
una distribución flexible de roles fomentando una atmósfera de igualdad e
inclusión. De acuerdo a Barrera & Flores (2020) esta percepción puede
influir positivamente en su salud mental, potenciando el optimismo, la
adaptación al entorno, la afectividad positiva, las habilidades sociales y la
empatía. Así se evidencia en estos testimonios:
“(...) estamos en un entorno en el que es relativamente bueno el no
tener un solo líder, sino tener un grupo de personas que lideran y mediante la
gestión de estas, puedes tomar decisiones más sabias” (Ent.
Rodrigo).
“(…) si ahí adentro mismo hay que participar, o leer un versículo,
opinar, entonces ahí lo hago (…)” (Ent. Kelly).
“Organizar y supervisar que todo marche bien” (Ent.
Norma).
“(…) esa responsabilidad está dividida entre varios compañeros” (Ent. Alejandro).
Características del bienestar emocional que presentan los estudiantes
universitarios
Se identificó que las actividades grupales influyen en el bienestar
emocional, social y espiritual de los estudiantes que conforman el grupo
pequeño. Los estudiantes destacan que encuentran en este espacio un lugar de
apoyo emocional que les permite enfrentar diferentes situaciones difíciles,
ofreciendo actividades recreativas y espirituales que promueven el bienestar.
Andreola
(1984), destaca que la influencia no solo se da a través de la interacción
constante, sino que también está determinada por factores como la posición
formal dentro del grupo, las habilidades sociales y el conocimiento individual:
“Sin duda, es bueno para poder desconectarme; el estar rodeado de más
personas que tengan casi la misma edad que yo me da más energía” (Ent. Rodrigo).
“(…) es un escape necesario para justamente nosotros que aún somos
estudiantes” (Ent. Alejandro).
La participación en el grupo ha sido fundamental para que los
estudiantes desarrollen habilidades sociales y fortalezcan su vida espiritual,
ya que los participantes resaltan que las enseñanzas bíblicas y el compañerismo
cristiano les ayudan a fortalecer su fe y mantener hábitos más saludables Este
espacio fomenta la interacción activa y el crecimiento personal, contribuyendo
a superar el nerviosismo y la timidez. Esto coincide con las aportaciones de
Tejada et al. (2024) y Jiménez (2017), quienes mencionan que el apoyo de otras
personas facilita enfrentar y superar desafíos de manera más eficiente, al
proporcionar un entorno seguro donde es posible explorar y expresar las
emociones libremente.
“(...) ser sociable y poder expresarme ya que soy muy nerviosa y
últimamente me cuesta lidiarlo” (Ent, Julieta).
“Acercarme más a Dios (…) me
ayuda a tener fe y sentirme bien espiritualmente” (Ent,
Norma).
“(…) puedo conocer nuevas personas, expandir mi círculo social. Me ayudó
a crecer en mi vida espiritual. Pues esa área de mi vida estaba descuidada y no
tenía un espacio dedicado a esta dimensión, como ahora lo tengo gracias a este
grupo” (Ent. Alejandro).
Este entorno de apoyo contribuye a la creación de lazos sólidos entre
los que conforman el grupo, promoviendo un sentido de comunidad y facilitando
el crecimiento personal en diversos aspectos de sus vidas, como el académico,
emocional y familiar. Como menciona Boigues et al. (2021), las redes sociales abarcan varios
grupos sociales y son vitales en situaciones complicadas.
“(...) considero que todas las personas necesitamos tener amigos,
amistades con las cuales compartir diversas actividades, ayudan a lidiar con el
estrés y preocupaciones de la vida cotidiana. (...) los mensajes que hablaban
sobre las relaciones dentro de la pareja y de la familia (...) me aportaron
mucha información y una guía que me ayudaron a meditar y reflexionar” (Ent. Alejandro).
A través de las entrevistas realizadas a los integrantes del grupo, se
identificó que el grupo tiene la función de ser un espacio seguro y de apoyo,
permitiendo a los estudiantes desestresarse, socializar y reflexionar sobre sus
experiencias cotidianas. Asimismo, Tejada et al. (2024) señala que estas
relaciones positivas actúan como mecanismos de regulación emocional, ofreciendo
un espacio seguro lo que facilita la superación de desafíos. De la misma
manera, Sinchigalo-Martínez et al. (2020), menciona
que participar en esta clase de actividades despierta un interés genuino,
proporcionan un sentido de propósito y significado que puede influir en la
autoestima y el bienestar emocional, fortaleciendo la capacidad para enfrentar
desafíos y la construcción de relaciones positivas:
“Pues claro, al final del día estas actividades afectan en la vida
diaria de las personas; y en la mía hizo lo mismo. Simplemente realizar estas
actividades que redireccionó mi vida poco a poco” (Ent.
Rodrigo).
“Algunas lecciones bíblicas en clases me ayudaron a reflexionar sobre
situaciones en las cuales me sentía atrapada” (Ent.
Julieta).
“Me fue útil ya que antes me sentía algo pensativa en mis estudios…con
el miedo de poder afrontar el ingreso a una carrera universitaria” (Ent. Norma).
“Los mensajes que hablaban sobre las relaciones dentro de la pareja y de
la familia, son los que me aportaron mucha información y una guía que me
ayudaron a meditar y reflexionar en la manera en la cual se deben llevar
adelante” (Ent. Alejandro).
Esta combinación de apoyo emocional y social fortalece el sentido de
pertenencia y comunidad entre los miembros del grupo, lo que repercute
positivamente en su bienestar. Seijo Martínez et al. (2023), indica que a
medida que las personas logran una integración exitosa en su entorno, tienden a
experimentar mayor felicidad y satisfacción tanto con su entorno académico como
en grupo, generando de esa manera un sentimiento de compromiso. Coincidiendo
con Hogg & Vaughan (2010), quienes mencionan que
el nivel de satisfacción emocional con la vida está influido por cómo valoramos
nuestras experiencias y relaciones interpersonales:
“(…) a desconectarnos de lo que estamos acostumbrados, en los estudios”
(Ent. Rodrigo)
“(…) genera un impacto cuando tenemos algún tipo de preocupación” (Ent. Alejndro).
“Sí, desconectarse de lo común para compartir entre amigos (…)” (Ent. Kelly).
Los participantes resaltan que las dinámicas grupales desempeñan un
papel significativo. Estas actividades se caracterizan porque ofrecen a los
estudiantes un espacio para que puedan contar sus experiencias vividas en el
transcurso de su semana, así como un espacio en el que puedan compartir alguna
preocupación.
Además, los espacios de oración proporcionan momentos de reflexión y
conexión, permitiendo a los estudiantes abrirse sobre temas personales. Los
encuentros abordan una variedad de temas como el relacionamiento social, las
relaciones de pareja, las dinámicas familiares, y el desarrollo de la fe. Estas
actividades han contribuido al crecimiento espiritual y personal en general,
impactando en sus relaciones interpersonales y fomentando cambios positivos en
sus vínculos familiares y amistosos.
La relación entre el apoyo social y el bienestar emocional es evidente
en la información presentada. Los estudiantes destacan que el apoyo social
recibido en el grupo contribuye significativamente a su bienestar emocional al
ofrecer un espacio seguro, de confianza y acogida. Este entorno les permite
sentirse escuchados, comprendidos y acompañados, especialmente en momentos de
estrés o dificultades académicas y personales. Además, la participación en
actividades grupales fortalece el sentido de pertenencia, fomenta nuevas
amistades y refuerza la cohesión grupal, promoviendo una mayor estabilidad
emocional.
DISCUSIÓN
Como se ha mostrados en los resultados, los estudiantes que forman parte
del grupo pequeño "The Brave" provienen de
diversos contextos económicos y geográficos, incluyendo distintos departamentos
de Bolivia, como Cochabamba, La Paz y Tarija, y hasta de países vecinos, como
Perú. Estas diferencias socioculturales y económicas reflejan significativamente
en su percepción y experiencia del apoyo social dentro del grupo. Este entorno
diverso genera una diversidad en las redes de apoyo de los estudiantes, una variedad
de realidades en cuanto a vivienda y acceso a redes de apoyo familiar. Los
estudiantes que viven con sus padres gozan de una mayor estabilidad
residencial, lo cual significa un menor nivel de preocupación relacionado con
el manejo de responsabilidades económicas inmediatas. Sin embargo, aquellos que
residen en cuartos alquilados, lejos de sus hogares, experimentan un grado más
alto de independencia.
En cuanto al apoyo económico, los estudiantes que trabajan en la
universidad o realizan actividades de emprendimiento reportan mayores niveles
de preocupación. Este se debe, principalmente, a la necesidad de equilibrar sus
roles académicos, laborales y personales. Según Ocampo & Correa (2023),
mantener un equilibrio que permita una adecuada distribución del tiempo entre
actividades productivas y de ocio, como compartir con familiares y amigos,
influye directamente en la construcción de redes de apoyo diversas que influye
en etapas como la vida universitaria.
Por otro lado, los amigos y compañeros universitarios han ocupado un
lugar prioritario en el apoyo emocional, especialmente para aquellos que se
encuentran distantes de su familia. El grupo de pares se convierte en un
espacio de apoyo emocional que les permite reducir el impacto del estrés. Esto
subraya la importancia de contar con redes de apoyo.
En cuanto al apoyo social, el grupo "The
Brave" actúa como una red de apoyo social que ofrece diferentes tipos de
apoyo social, entre ellos se encuentran el apoyo emocional, informativo y
material (Beltrán, 2013). A esto López-Angulo et al. (2020), destaca que el
apoyo social permite a los estudiantes sentirse aliviados y comprendidos,
siendo estos los reportes de los estudiantes. Así mismo, se revela que el apoyo
social recibido y percibido dentro del grupo también incluye el acompañamiento
en situaciones de estrés en la que recibir apoyo en momentos difíciles es
importante. Un tipo de ayuda que los estudiantes valoran como fundamental para
su bienestar.
Las relaciones interpersonales establecidas en el grupo proporcionan una
función protectora similar a lo mencionado por Barrera & Flores (2020),
quienes señalan que los amigos representan una fuente predominante de apoyo
emocional en esta etapa., aunque en este caso los amigos han adquirido un papel
predominante sobre la familia en términos de apoyo emocional, lo cual puede
estar relacionado con el proceso de adaptación y autonomía que enfrentan los
estudiantes universitarios. Por otro lado, en el ámbito académico y desarrollo
personal, el grupo también funciona como una red de apoyo esencial para
aquellos estudiantes que viven lejos de sus familias. López-Angulo et al.
(2021) sugiere que los estudiantes con mayor apoyo social y autoestima
desarrollan un mejor bienestar, lo que les ayuda a mantenerse enfocados en sus
actividades académicas.
Las diferentes interacciones con otros estudiantes de la misma carrera u
otras carreras les permiten resolver dudas sobre sus estudios, compartir
consejos y recibir orientación respecto a su futuro profesional.
Treviño-Vázquez et al. (2024) menciona que las conexiones sociales que se
forman en los primeros semestres de la universidad se consolidan con el tiempo,
creando redes de apoyo esenciales, siendo estas fundamentales para estudiantes
que viven lejos de sus familias, ya que les brindan un entorno de confianza y
orientación tanto académica como personal. Por otro lado, el grupo promueve el
aprendizaje compartido, en la que cada estudiante puede contribuir con sus
conocimientos y experiencias, lo cual resulta útil en momentos de incertidumbre
académica, lo que ayuda a aliviar la carga emocional que conlleva el estrés
académico y personal, en concordancia con los aportes de López-Angulo et al.
(2020) y los estudios de Cassel (1974) y Cobb (1976)
sobre el efecto positivo del apoyo social en la reducción del estrés y el
sentimiento de relajación que perciben los estudiantes.
La estructura participativa y la organización colaborativa de "The Brave" fomenta un sentido de interdependencia y
comunicación efectiva. Este ambiente evita jerarquías rígidas, y los roles
dentro del grupo se distribuyen de manera flexible, promoviendo el liderazgo
inclusivo y la solidaridad, lo cual coincide con los planteamientos de Hogg & Vaughan (2010) sobre la importancia de la
cohesión y la colaboración en la satisfacción emocional y el sentido de
pertenencia.
La estructura y organización del grupo responden a un modelo de
liderazgo compartido y participativo, donde los roles y responsabilidades se
distribuyen entre los estudiantes de distintas carreras y semestres, estos
mismos guiados por el capellán universitario. Este modelo, según Hogg & Vaughan (2010), fortalece la solidaridad y el
apoyo mutuo, elementos esenciales para la satisfacción emocional. Las dinámicas
grupales, que incluyen momentos de socialización y actividades espirituales,
contribuyen a un ambiente familiar y de confianza entre los estudiantes que
conforman el grupo, promoviendo de esta manera un tipo de liderazgo inclusivo y
una participación activa que fortalece la cohesión del grupo.
La participación en el grupo "The
Brave" influye positivamente en el bienestar emocional de los estudiantes,
brindándoles un espacio seguro y estable. Las actividades grupales, como las
reuniones recreativas y espirituales, proporcionan momentos para desconectarse
de las demandas académicas, lo cual fortalece su bienestar y genera una
satisfacción emocional tangible. Esta dinámica resuena con el concepto de
bienestar emocional propuesto por Sinchigalo-Martínez
et al. (2020), quienes señalan que la participación en actividades
significativas está estrechamente vinculada a la satisfacción emocional en el
entorno universitario.
De la misma manera, se identificó que el grupo proporciona un apoyo
fundamental para el bienestar emocional de los estudiantes, especialmente en
términos de relaciones íntimas o de confianza. Los estudiantes muestran un
nivel considerable de compromiso hacia el grupo, viéndolo no solo como un
espacio social, sino también como una red de apoyo en momentos difíciles.
Fiallo Armendáriz et al. (2022), subraya la importancia de contar con redes de
apoyo que proporcionen afecto y protección, promoviendo la autoconfianza y
bienestar emocional al sentirse valorados y respaldados. La pertenencia a un
grupo en el que se intercambia apoyo mutuo, como sugiere este autor, promueve
relaciones íntimas basadas en la confianza y la responsabilidad compartida.
Este compromiso genera un sentido de pertenencia y contribuye a que cada
estudiante que forma parte del grupo se sienta valorado e incluido en un
entorno que perciba como seguro y confiable.
Asimismo, se identificó en gran medida la reciprocidad entre los
estudiantes, quienes intercambian apoyo y comprensión de manera constante. Este
sentido de ayuda mutua refuerza las relaciones y fortalece la cohesión,
permitiendo que los estudiantes sientan que pueden contar los unos con los
otros, especialmente en momentos de dificultad. Homans (1958) y su teoría del
intercambio social argumenta que la reciprocidad es fundamental en las
relaciones de apoyo, ya que los individuos tienden a corresponder el respaldo
que reciben, lo que fortalece los lazos y cohesión grupal.
El ambiente del grupo también fomenta reacciones positivas entre los
estudiantes. La solidaridad es un valor ampliamente compartido, y los
estudiantes consideran que el grupo es un espacio donde pueden brindar y
recibir apoyo en situaciones complicadas. Francos (2015) indica que la
relajación contribuye a mantener un equilibrio interno frente a situaciones
complejas. En la que, la participación en el grupo les permite relajarse y
desconectarse de las tensiones cotidianas, lo que reduce el estrés y contribuye
a su bienestar emocional. Este tiempo de descanso y relajación es
particularmente valioso para ellos, ya que les ofrece un respiro de las
exigencias académicas y personales, Francos (2015) señala que la relajación
contribuye a mantener un equilibrio interno frente a situaciones complejas. En
cuanto a la resolución de conflictos, los participantes muestran disposición al
diálogo y el respeto, enfocándose en la búsqueda de consensos que mantengan la
armonía grupal. Este acuerdo en las interacciones también refuerza la cohesión
y evita que los conflictos impacten negativamente en la dinámica grupal. Batubenge et al. (2014) menciona cómo un clima de acuerdo
en las interacciones sociales contribuye a que los miembros se sientan
valorados y aceptados, elementos clave para sostener relaciones interpersonales
positivas dentro de un grupo.
La cohesión dentro del grupo es notable y se manifiesta en la calidad de
interacción y comunicación entre los que forman parte del grupo. Los
estudiantes expresan satisfacción con las diferentes dinámicas, valorando las
oportunidades de socialización que el grupo les ofrece, ya sea compartir
experiencias personales o participar en actividades organizadas. Se resalta un
nivel alto de satisfacción en los estudiantes que forman parte del grupo, este
alto nivel de satisfacción refleja el impacto positivo que el grupo tiene en el
bienestar emocional de los estudiantes. Coincidiendo con los aportes de Andreola (1984) quien aborda el papel de la cohesión en los
grupos, señalando que esta se construye a través de la aceptación de normas y
la contribución activa de los participantes. La comunicación y la interacción
constante en el grupo ayudan a generar un sentimiento de comunidad y
pertenencia, que se traduce en un nivel alto de satisfacción entre los
miembros.
Además, los estudiantes expresan que este grupo fomenta el crecimiento
espiritual, un aspecto que, aunque no se explora a fondo en la literatura
revisada, ha mostrado ser importante para ellos. En línea con la teoría de
Hernández Vergel et al. (2021), el bienestar en "The
Brave" no se limita únicamente a la relajación y satisfacción emocional,
sino que incluye un componente de crecimiento personal y espiritual, lo cual
contribuye a un sentido de cohesión grupal y un compromiso mutuo entre sus
miembros. Esto demuestra que el apoyo en el grupo va más allá de lo emocional,
facilitando la formación de relaciones de confianza y compromiso, lo cual
fortalece la cohesión y la influencia interpersonal dentro del grupo.
Entre las principales limitaciones metodológicas de esta investigación
se encuentra la cantidad de estudiantes que cumplen con los criterios de
inclusión y exclusión establecidos, entre lo que más se destaca es la
participación activa de por lo menos seis meses dentro del grupo. No todos los
participantes cumplen con las condiciones requeridas, lo que restringe el
tamaño de la muestra. Además, presenta como limitación su enfoque específico en
un grupo pequeño, dejando fuera otros factores y contextos que también influyen
en el bienestar emocional de los estudiantes. Si bien se identificó que la
participación en este grupo contribuye significativamente a su bienestar
emocional, es importante reconocer que este no es el único factor determinante.
El bienestar emocional está influido por una variedad de elementos adicionales,
como las dinámicas familiares, las relaciones cotidianas, las interacciones en
el aula y una amplia gama de factores. Este recorte intencionado de la realidad
permitió profundizar en las características del grupo pequeño, pero con la
claridad de que existen otras variables relevantes que no fueron abordadas. Por
ello, se sugiere que futuras investigaciones amplíen su alcance para integrar
variables como el apoyo familiar, las relaciones interpersonales en el aula y
las experiencias cotidianas, con el fin de obtener una visión más integral del
apoyo social y su incidencia en el bienestar de los estudiantes universitarios.
CONCLUSIONES
Este estudio evidencia que el apoyo social tiene una influencia
significativa en el bienestar emocional de los estudiantes universitarios. A
través de las interacciones dentro del grupo "The
Brave", los estudiantes encuentran un entorno seguro y de confianza que
les permite expresarse, poder gestionar sus emociones, contribuyendo a una
mejora en su bienestar general. Este apoyo no solo actúa como una red de
contención emocional ante el estrés académico, sino también fortalece su
sentido de pertenencia y fomenta el desarrollo de vínculos sociales sólidos, lo
que es fundamental para enfrentar los desafíos de la vida universitaria.
Este estudio cumple con su objetivo general de describir la influencia
del apoyo social en el bienestar emocional de estudiantes de la Universidad
Adventista de Bolivia, demostrando que las redes de apoyo son esenciales para
el desarrollo emocional y social de los estudiantes, a su vez, contribuyen a
fortalecer su resiliencia y adaptación en el ámbito universitario.
REFERENCIAS
Anchundia, P. I. B., Cochea, N. G. O., y Chavarría, M. D. T. (2024).
Autorregulación emocional y aprendizaje: percepción y experiencia de los
estudiantes universitarios. South Florida Journal of Development, 5(5),
e3877-e3877.
Andreola,
B. A. (1984). Dinámica de grupo (Vol. 19). Editorial SAL TERRAE.
Arias, C. J., Sabatini, B., Scolni, M., y Tauler, T. (2020). Composición y tamaño de la red de apoyo
social en distintas etapas vitales. Avances en Psicología Latinoamericana,
38(3), 1.
Balcázar, A. L. C. (2024). El estado de las habilidades ciudadanas en
estudiantes universitarios de Chile, Colombia y México. Región Científica,
3(1), 2024244-2024244.
Barra, E. A. (1998). Psicología social. Proyectos de Desarrollo de la
Docencia, Dirección de Docencia, Vicerrectoría Académica, Universidad de
Concepción.
Barrera, M. L. G., y Flores, M. M. G. (2020). Apoyo social percibido y
salud mental positiva en hombres y mujeres universitarios. Voces y Silencios.
Revista Latinoamericana de Educación, 11(2), 67-83.
Batubenge,
O. B., Barragán, I. R., Margalli, A. M., y Muñoz, B.
P. (2014). Convivencia: una utopía historicista para la armonía social. El caso
de la consolada en Zacualpan. Estudios sobre las Culturas Contemporáneas,
20(40), 37-66.
Baumeister,
R. F., & Leary, M. R. (1995). The
need to belong:
desire for interpersonal attachments as a fundamental human motivation.
Psychological bulletin,
117(3), 497–529.
Beltrán, C. A., y Moreno, M. P. (2013). Conceptualización del apoyo
social y las redes de apoyo social. Revista de investigación en psicología,
16(1), 233-245.
Becerra, González-Cantero, J. O., Morón-Vera, J. Á., V. H.,
Abundis-Gutiérrez, A., y Macías-Espinoza, F. (2020). Autoeficacia académica,
apoyo social académico, bienestar escolar y su relación con el rendimiento
académico en estudiantes universitarios. Psicumex,
10(2), 95-113.
Bel Adell, C., y Gómez Fayrén, J. (1999). La
participación social en la integración de los emigrantes.
Blanco, M. A., y Pais, E. B. (2021). Bienestar
emocional y aprendizaje significativo a través de las TIC en tiempos de
pandemia. Revista Ciencia UNEMI, 14(36), 21-33.
Boigues,
B. R., GARCÍA, P., y UTRILLA, S. M. (2021). Estrategias de afrontamiento en la
enfermedad y duelo e influencia de las redes sociales de apoyo. Estudio
cualitativo. Enfermería integral: Revista científica del Colegio Oficial de
Enfermería de Valencia, (127), 67-73.
Callado, C., Lucio, P. B., y Sampieri, C. (1997). Metodología dela investigación.
Cassel, J. (1974). Psychosocial processes and
«stress»: Theoretical formulation.
International Journal of Health Services, 4: 471-482.
Cobb, S. (1976). Social support as a moderator of life
stress. Psychosomatic Medicine, 38: 300-314.
Cohen, S. ySyme S. L. (1985). Social Support and Health.Nueva York,
EE.UU.:AcademicPress.
De Gialdino, I. V. (2006). Estrategias de
investigación cualitativa. Editorial Gedisa.
Díaz-Bravo, L., Torruco-García, U., Martínez-Hernández, M., y
Varela-Ruiz, M. (2013). La entrevista, recurso flexible y dinámico.
Investigación en educación médica, 2(7), 162-167.
Fiallo Armendáriz, R., Escobar, A. E. V., & Castro-Martínez, J. A.
(2022). Reflexiones sobre el apoyo social en el afrontamiento a la COVID-19. Infodir (Revista de Información para la Dirección en
Salud), 17(35), 1-7.
Eidman, L., Bender,
V., Arbizu, J., Lamboglia, A. T., y Valle, L. C. D.
(2020). Bienestar emocional, psicológico y social en adultos argentinos en
contexto de pandemia por covid-19. Psychologia.
Avances de la disciplina, 14(2), 69-80.
Francos C. V. (2015). Técnicas de relajación en el aula: Propuesta
teórica para desarrollar el autocontrol.
Fredrickson, B. L., y Branigan, C. (2005).
Positive emotions broaden the scope of
attention and thought-action
repertoires. Cognition y emotion, 19(3), 313–332.
Fuster, Gracias (2012). Apoyo social e intervención social y
comunitaria. En Fernández, Itziar, Morales, Francisco y Molero, Fernando.
Psicología de la intervención comunitaria. Bilbao: Desclée
González-Cantero, J. O., Morón-Vera, J. Á., González-Becerra, V. H.,
Abundis-Gutiérrez, A., y Macías-Espinoza, F. (2020). Autoeficacia académica,
apoyo social académico, bienestar escolar y su relación con el rendimiento
académico en estudiantes universitarios. Psicumex,
10(2), 95-113.
Gracia, E., Herrero, J. & Musita, G. (2002). Evaluación de recursos
y estresores psicosociales en la comunidad. Madrid: Editorial Síntesis.
Hamui-Sutton, A., y
Varela-Ruiz, M. (2013). La técnica de grupos focales. Investigación en
educación médica, 2(5), 55-60.
Hernandez
Sampieri, Roberto (2010), Metodología de la investigación. México: McGraw Hill.
Hernández Vergel, V. K., Solano Pinto, N., y Ramírez Leal, P. (2021).
Entorno social y bienestar emocional en el adulto mayor. Revista venezolana de
gerencia, 26(95), 530-543.
Hidalgo-Fuentes, S., Tijeras-Iborra, A., Martínez-Álvarez, I., y Sospedra-Baeza, M. J. (2021). El papel de la inteligencia
emocional y el apoyo social percibido en la satisfacción vital de estudiantes
universitarios ecuatorianos. Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento,
13(3), 87-95.
Hofstede, G. (2001). Culture's consequences: Comparing values, behaviors, institutions, and organizations across nations (2nd ed.).
Hogg, M. A., Graha, M. H., Vaughan, G. M., & Morando, M. H. (2010).
Psicología social. Ed. Médica Panamericana.
Homans, G. C. (1958). Social behavior as exchange. American journal of sociology, 63(6), 597-606.
House, J. S., Landis, K. R., & Umberson, D. (1988). Social relationships
and health. Science,
241(4865), 540-545.
Izcara Palacios, S. P.
(2014). Manual de investigación cualitativa. Fontamara.
Jiménez, M. D. L. V. M. (2017). Programas intergeneracionales y
participación social: la integración de los adultos mayores españoles y
latinoamericanos en la comunidad. Universitas Psychologica, 16(1).
Kvale, S. (2012). Las
entrevistas en investigación cualitativa (Vol. 2). Ediciones Morata.
López, Z., Fernández, M. F. P., Couñago, M. A.
G., Vacas, C. T., da Silva Almeida, L., y González, M. S. R. (2014). Apoyo
social en universitarios españoles de primer año: propiedades psicométricas del
Social Support Questionnaire-Short
Form y el Social Provisions
Scale. Revista Latinoamericana de Psicología, 46(2),
102-110.
López-Angulo, Y., Cobo-Rendón, R. C., Pérez-Villalobos, M. V., y
Díaz-Mujica, A. E. (2021). Apoyo social, autonomía, compromiso académico e
intención de abandono en estudiantes universitarios de primer año. Formación
universitaria, 14(3), 139-148.
López-Angulo, Y., Pérez-Villalobos, M. V., Cobo-Rendón, R. C., y
Díaz-Mujica, A. E. (2020). Apoyo social, sexo y área del conocimiento en el
rendimiento académico autopercibido de estudiantes
universitarios chilenos. Formación universitaria, 13(3), 11-18.
López-Pereyra, M., Armenta-Hurtarte, C., Vega, M. D. P. G., y Díaz, O.
P. (2021). El bienestar emocional en las niñas y los niños. Revista
Internacional de Educación Emocional y Bienestar, 1(2), 53-70.
Morales Domínguez, J. Francisco - Autor (2007) , Psicología social (3a.
ed.). : McGraw-Hill España.
Moscovici, Serge (1985). Psicología social, I. Influencia y cambio de
actitudes individuos y grupos. Barcelona: Paidós
Ocampo-Eyzaguirre, D., y Correa-Reynaga, A. M. (2023). Situación
emocional y resiliencia de estudiantes universitarios, pos-pandemia
de la COVID-19. Norte de Potosí, Bolivia. Sociedad y Tecnología, 6(1), 17-32.
Pinto Santuber, C., Lara Jaque, R., Espinoza Lavoz, E., y Montoya Cáceres, P. (2014). Propiedades
psicométricas de la escala de apoyo social percibido de Zimet
en personas mayores de Atención Primaria de Salud. Index
de enfermería, 23(1-2), 85-89.
Quitian, R. A. V., y Ariza, C. G. (2015). Los factores psicosociales y
su relación con las enfermedades mentales. Gestión de las Personas y
Tecnología, 8(24), 30-37.
Rodriguez,
M. M., y Barajas, D. D. (2020). Bienestar psicológico en adolescentes en
situación de vulnerabilidad: impacto de redes de apoyo social. Revista
Electrónica Sobre Cuerpos Académicos y Grupos de Investigación, 7(14), 253-278..
Santini, Z. I., Koyanagi, A., Tyrovolas, S., Mason, C., y Haro, J. M. (2015). The association between social relationships and depression: a systematic review. Journal of affective disorders,
175, 53–65.
Sarason, IG, Levine, HM, Basham, RB y Sarason,
BR (1983). Evaluación del apoyo social: el cuestionario de apoyo social.
Revista de personalidad y psicología social, 44 (1), 127-139.
Seijo Martínez, D., Vázquez Figueiredo, M. J., Novo Pérez, M., y Fariña
Rivera, F. (2023). Educación XX1: revista de la Facultad de Educación.
Sinchigalo-Martínez,
R., Guzmán-Barcenes, B., y Bonilla-Jurado, D. (2022).
Bienestar emocional y rendimiento académico en estudiantes universitarios:
relación bidimensional y su impacto en las estrategias de apoyo. Journal of science
and research, 7(4), 71-95.
Tejada, M. A. T., Reyna, Q. T., y Otero, R. N. Q. (2024). Salud
emocional en el nivel superior.
Treviño-Vázquez, I. J., González-Vázquez, A., Hernández-Valles, J. H.,
Oviedo-de León, C. J., & Tizoc-Márquez, A.
(2024). Necesidades psicológicas básicas en jóvenes universitarios. Journal Archives of Health, 5(1), 140-150.
Vasilachis
de Gialdino, Irene, coord. (2007). Estrategias de
investigación cualitativa. Barcelona: Gedisa
Villasante, T. R. (1997). Participación e integración social. Boletín
CF+ S, (3)