Volumen 7 / Nro. 20 / Mayo - agosto 2025 / ISSN: 2708-6305 / ISSN-L:
2708-6305 / Pág. 3 - 15
La constitución del ser en los Maestro Huella de las universidades del
Ecuador. Primeros hallazgos sobre Camilo Morán Rivas
The constitution of being within Maestro Huella of Ecuadorian Universities,
First findings on Camilo Morán Rivas
Lenin Mendieta Toledo
leninmendietat@uge.edu.ec
https://orcid.org/0000-0002-8385-898X
Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador
https://doi.org/10.61287/warisata.v7i20.1
| Artículo recibido: 10 de noviembre 2024 | Arbitrado: 05 de diciembre
2024 | Aceptado: 10 de febrero 2025 | Publicado: 10 de mayo 2025
RESUMEN
El estudio se
centra en la constitución del ser como sujeto identitario. Su propósito fue
comprender los relatos biográficos del doctor Camilo Morán Rivas, docente de
Cardiología en la Universidad de Guayaquil, explorando sus narrativas vitales
para la interpretación de su constitución identitaria. Para ello, se diseñó una
investigación cualitativa e interpretativa basada en narrativas biográficas y
autobiográficas, seleccionando a un docente reconocido por su integridad ética
como Maestro Huella en 2022. Los instrumentos empleados incluyeron encuestas y
entrevistas, mientras que el procesamiento de datos se realizó con el software ATLAS.ti versión 25, aplicando un análisis rizomático para
una interpretación hermenéutica fundamentada en el método del discurso. La
selección de participantes obedeció a criterios predefinidos de inclusión y
exclusión, y se garantizó la ética del estudio mediante el consentimiento
informado escrito del docente involucrado. Los hallazgos revelaron que: La
identidad se forja a partir del pasado personal y de la familia; la aceptación
social y familiar, es constituyente y configura la autoestima del sujeto; la
pobreza no es determinante en el individuo si existe una conversión del
sufrimiento en fortaleza; los modelos significativos desempeñan un papel
esencial en la construcción del yo; el hombre no es únicamente el resultado de
su entorno, sino también un agente activo en la construcción de su propia
historia.
Palabras
clave: Constitución del ser; Maestros Huella; Identidad;
Autoestima; Modelos significativos
ABSTRACT
The study focuses on the constitution
of the self
as an identity subject. Its purpose
was to understand
the biographical accounts of Dr. Camilo Morán
Rivas, professor of Cardiology at the University of Guayaquil, exploring his vital narratives for the interpretation
of his identity
constitution. For this purpose. A qualitative and interpretative research
was designed based on biographical
and autobiographical narratives, selecting
a professor recognized for his ethical
integrity as “Maestro Huella” in 2022. The instruments used included surveys
and interviews, while data processing
was carried out with ATLAS.ti
version 25 software, applying
a rhizomatic analysis for a hermeneutic interpretation based on the discourse
method. The selection of participants
obeyed predefined inclusion and exclusion criteria, and the ethics of the
study were guaranteed by the
written informed consent of the
teacher involved. The findings revealed
that: Identity is forged from
the personal and family past; social and family acceptance, it is constitutive and configures the
subject's self-esteem; poverty is not
determinant in the
individual if there is a conversion of suffering into
strength; meaningful models, play an
essential role in the construction of oneself; man is
not only the result of
his environment, but also an
active agent in the construction of his own history.
Keywords: Constitution
of oneself; Maestro Huella;
Identity; Self-steam; Meaningful models
INTRODUCCIÓN
La categoría "Maestros Huella" surge a partir del estudio
FCI-012 llevado a cabo por la Universidad de Guayaquil y de la tesis doctoral
Relatos de vida de profesores universitarios. Una aproximación biográfica y
narrativa sobre los valores, ética y moral en la enseñanza (Mendieta Toledo,
2022), en la cual se examinan las prácticas pedagógicas en instituciones de
educación superior de Ecuador. Un Maestro Huella es aquel cuya influencia
trasciende lo académico, convirtiéndose en un modelo ético y pedagógico para
sus estudiantes. Estos docentes no solo comparten conocimientos, sino que
también generan inspiración constante en los espacios educativos, donde alumnos
y profesores interactúan para transformar el aprendizaje en una experiencia
científica, activa y significativa.
Al explorar este tema, surgió con frecuencia la siguiente pregunta: ¿En
tu trayectoria académica has tenido un Maestro Huella? La mayoría respondió
afirmativamente, aunque hubo excepciones; algunos participantes no recordaron
haber tenido figuras similares o describieron su paso por el sistema educativo
como una etapa marcada por experiencias desfavorables (Mariscal Touzard & Mendieta Toledo, 2022). Para entender
cabalmente quiénes son los Maestros Huella, resulta esencial adoptar una visión
integral que reconozca al ser humano como un sujeto en constante desarrollo,
siempre en busca de su autorrealización (Heidegger, 2010).
La constitución del ser la podemos ver como:
Existe la relación entre el ser y el pensar, luego ese pensar condiciona
y limita al ser. Cuando cuestionamos la memoria histórica como aquella que nos
atraviesa, nos damos cuenta de que no existe como tal, sino que existe una
memoria en el sujeto que está situada y constituida, es esta memoria que se
encuentra haciendo reflexionar otra vez al ser, luego el hombre tiene una carga
histórica que lo constituye desde antes de nacer (Mendieta, 2020).
Y es que el ser es un sujeto constituido y sitiado desde antes de nacer.
Existen teorías como las de Hellinger (2019) que
hablan de una carga o tara transgeneracional que hacen que el hombre venga y
determinado a cumplir una tarea, sin embargo ¿Cuál es esa tarea que condicional
al ser?. No es solamente que heredamos los rasgos del
color de la piel, los ojos o el cabello, también hay que tomar en cuanta gestos
y rasgos que poseen los padres y que se van desarrollando en los hijos. Es a
esto a lo que se denomina la constitución del ser; por tanto, estamos
condicionados a factores intrínsecos y extrínsecos, esta constitución es la que
determina la identidad del sujeto que lo hace ser único e irrepetible (Carpio,
2004).
Al decir que el hombre está condicionado desde antes de na-ser, evoco lo mencionado por Mendieta (2022):
El 85% de los fetos se activan al escuchar un himno futbolístico: se
despiertan, mueven la boca y sacan la lengua cuando oyen esta música en el
interior del vientre materno. Todos los futuros bebés reaccionan de forma
parecida independientemente del himno que estén escuchando. Cada vez más
mujeres eligen el himno de su equipo preferido para estimular al feto durante
su embarazo (p. 354).
Como se puede colegir, los fetos reciben estímulos que los condiciona
para su desarrollo, entonces, desde antes de na-ser
están siendo amasados por su padres. Lo mismo ocurre
una vez que ya han nacido, tanto sus padres en primera instancia como la
familia, son los agentes condicionantes de la identidad del niño; luego, vienen
los familiares, la escuela, los amigos, el colegio. Como podemos darnos cuenta,
son estos factores externos los que van condicionando al sujeto y este va
adoptando una identidad.
La teoría de la identidad social, explica cómo los individuos forman su
autopercepción basándose en su afiliación a determinados colectivos sociales,
tales como aquellos vinculados a la nacionalidad, la fe o la clase social. De
acuerdo con esta teoría, las personas intentan preservar y potenciar su
autoestima al asociarse con colectivos que aprecian positivamente y al
distanciarse de aquellos que consideran externos o diferentes. Este fenómeno
puede generar actitudes positivas hacia los integrantes del grupo propio
(favoritismo grupal), además de prejuicios y estereotipos hacia aquellos que
forman parte de otros grupos. El procedimiento conlleva tres fases esenciales:
categorizar a los individuos en grupos sociales, identificarse emocionalmente
con determinados grupos que fortalezcan la autoimagen, y contrastar de forma
prejuiciada a su propio grupo con otros, siempre beneficiando al interno, esta
teoría tiene como objetivo describir los procesos psicológicos y las dinámicas
sociales que inciden en la conducta de grupos, particularmente en situaciones
de discriminación, prejuicios y desigualdad. (Tajfel & Turner, 1986).
De acuerdo con la teoría psicoanalítica de Freud, la constitución de la
identidad del ser desde una perspectiva constructivista, esta se fundamenta en
la interacción y el cambio entre el Ello, el Yo y el Superyó. La identidad no
es inmutable, sino que se forja y evoluciona mediante la interacción del
individuo con su ambiente y con otros.(como se menciona en Toledo Jofré, M. I.,
2012).
Taylor (1989), percibe la identidad no únicamente como un suceso
personal, sino como un proceso profundamente enraizado en lo social y cultural.
El autor elabora una visión de la identidad personal que se forja en
conversación con las comunidades y los contextos culturales a los que nos
vinculamos. Según Taylor (1994), la identidad no es una elección absoluta del
individuo, ni tampoco está totalmente definida por elementos externos. En
realidad, se convierte en un encuentro entre la introspección personal y las
influencias sociales, donde las costumbres, principios y lenguajes éticos del
ambiente son esenciales para moldear al ser.
A criterio de Taylor (1994) es el concepto del “yo dialogante”, de
acuerdo con el cual el ser humano se caracteriza por medio del diálogo tanto
consigo mismo como con los demás. Para el autor, somos entidades
interpretativas que otorgamos significado a nuestras existencias mediante
diálogos internos y externos, situados en contextos históricos y culturales
particulares. Para el autor, las identidades colectivas tales como la cultural,
étnica o nacional son requisitos previos imprescindibles para el desarrollo de
una identidad personal genuina. No somos personas independientes que se
encuentran fuera de cualquier comunidad, sino seres hermenéuticos que se crean
en redes de significados comunes. Por consiguiente, el tener identidad es ser
genuino y esto no implica perseguir deseos internos, sino también atender a
ciertos bienes y marcos de valor que nos han sido otorgados por nuestra
historia conjunta.
En las universidades a nivel mundial, hay docentes buenos, regulares y
malos. Los excelentes maestros poseen características específicas que los
diferencian del resto: Rasgos pedagógicos que se incluyen en el perfil
epistemológico del profesor y también en el perfil humano, los mismos que se
ubican en el contexto interpersonal; Rasgos ideológicos y del sistema de
creencias. Este perfil epistemológico que otorga características personales a
todos los profesores, es indudablemente el entramado epistémico más integral
que puede haber para describir a aquellos maestros que sus alumnos ven como
excelentes docentes. Por lo tanto, es una combinación de habilidades,
principios, ética y moral que convierten a estos en Maestros de Huella (Merellano-Navarro, et al., 2016; (Mendieta Toledo. L. B.,
& Mendieta Toledo. L. R., 2021; Mendieta Toledo, L. B., 2023).
Los Maestros Huella son aquellos buenos docentes que existen en las
universidades e instituciones educativas de todo el mundo. Un docente
considerado Maestro Huella posee competencias pedagógicas, de comunicación e
interacción social, valores, ética y moral. Son seres humanos sensibles y
compasivos que tiene en la mirada al otro su esencia que los identifica como
seres extraordinarios. En el campo de la enseñanza, realizan una macedonia con
la pedagogía, didáctica y las cuestiones cotidianas del ser humano y con
aquellas situaciones que mueven el país. Por tanto, son seres
multidimensionales que poseen como pedigrí el amor ágape por la docencia y sus
estudiantes (Mariscal Touzard, L., et al., 2021).
MÉTODO
El estudio realizado fue de tipo cualitativo e interpretativo, centrado
en los relatos biográficos y autobiográficos (Denzel & Lincoln, 2012,
2015). Para la recolección de información, se utilizaron encuestas cuyo
instrumento principal fue un cuestionario dirigido a estudiantes de último
semestre de la carrera de medicina (Jansen, 2013). Además, se aplicó la técnica
de la entrevista, empleando un guion semiestructurado para indagar en
profundidad al Maestro Huella seleccionado, el doctor Camilo Morán Rivas,
profesor titular de la Universidad de Guayaquil (Díaz Bravo et al., 2013; Kvale, 2019).
Los datos obtenidos fueron sistematizados y codificados mediante el
software ATLAS.ti versión 25. Se realizaron
entramados rizomáticos por categorías emergentes (Friese, 2012), lo cual
posibilitó una interpretación hermenéutica de la entrevista (Kornblit, 2007), fundamentada en el método del discurso (Balzer, 2002; Gadamer, 1992).
Durante la fase de selección, se resguardó la identidad de los docentes
bajo el principio ético de confidencialidad. Mediante una encuesta aplicada a
estudiantes de último año de la carrera de Medicina, se identificaron a
aquellos docentes que destacan por buenas prácticas pedagógicas, investigativas
y humanas dentro del aula y en su relación con los estudiantes (Mendieta
Toledo, 2022). El propósito general del estudio fue comprender los relatos biográficos
del doctor Camilo Morán Rivas, docente de Cardiología en la Universidad de
Guayaquil, explorando sus narrativas vitales para la interpretación de su
constitución identitaria.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Para la selección de los Maestros Huella, se realizó una encuesta con un
cuestionario de preguntas a 122 estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas,
en la Carrera de Medicina en el periodo lectivo 2022 CII. Se presentaron
resultados por cada categoría de análisis que permitieron generar redes
rizomáticas.
Tabla 1. Valores, ética y moral del docente
universitario
Ítem |
D1 |
D2 |
D3 |
D4 |
D5 |
D6 |
D7 |
D8 |
D9 |
D10 |
T |
Mencione a aquellos docentes que por sus valores, ética y moral son
considerados Maestros Huella por Usted |
5 |
3 |
1 |
1 |
82 |
5 |
4 |
7 |
7 |
7 |
122 |
Nota: Datos obtenidos de la encuesta a estudiantes de último semestre de
la Facultad de Ciencias Médicas, en la Carrera de Medicina en el periodo
lectivo 2022 CII
Figura 1. Valores, ética
y moral del docente universitario
Nota: Datos obtenidos de la encuesta a estudiantes de último semestre de
la Facultad de Ciencias Médicas, en la Carrera de Medicina en el periodo
lectivo 2022 CII
Análisis. El 67.2% de los estudiantes
indicaron que el docente D5 que en lo posterior se lo llamará por su nombre.
Camilo Morán Rivas, es considerado como su Maestro Huella. Los D8, D9, y D10
fueron escogidos por un 5,7% del estudiantado; los D1 y D7 alcanzaron el 4,1%;
el D6 llegó al 3,3%; el D2 al 2,5%; los D3 y D4 fueron escogidos por el 0,8% de
los estudiantes.
Figura 2. Red rizomática
de la constitución del ser
Interpretación
El ser es un sujeto que está anclado, constituido a un sistema de
creencias que lo hace ser lo que es. Posee una serie de características que le
otorgan una identidad que como pedigrí lo particularizan del resto de seres
humanos, así, Camilo Morán Rivas solo será idéntico a Camilo Morán Rivas. Nadie
podrá ser Camilo Morán Rivas a no ser que él mismo. Este principio de identidad
se encuentra cifrado en los principios ontológicos de la filosofía y aunque
pueden existir muchos que sean iguales a Camilo Morán Rivas, ninguno será
idéntico a él. Esta es la razón de porque en nuestro estudio tomamos cada
palabra, frase y pensamiento de este nuestro Maestro Huella para tratar de
interpretar aquello que él nos ha comentado (Carpio, 2004).
Tratamos de hacer hablar desde nuestros niños requisitos previos aquello
que en las entrevistas nos supo decir el doctor Morán. Sobre la constitución
del ser llamado Camilo Morán Rivas, dejamos algunas de esas frases que emergen
para ser trabajadas y desde la potencia y pulsión que estas generan se
conviertan en las perlas que todos podamos admirar -reflexionar- e interpretar
tantas veces como lectores acudan a este convite que nos da nuestro Maestro
Huella.
Aquí algunas frases.
Sobre los orígenes del Maestro Huella, este nos comenta: “Vengo de un
hogar de pobreza extrema de lo que me siento bien orgulloso” 1:9 8. De entrada,
para conocer a Camilo, esta frase nos genera tanta pulsión que nos permite
inferir que en el doctor Morán existe una conexión muy personal y compleja con
el sufrimiento, la identidad y la dignidad humana. Nuestro Maestro Huella no
solo reconoce su pasado, sino que lo abraza con orgullo, como si el dolor
hubiera dejado de ser una carga para convertirse en una fuente de fuerza. Para
llegar a esta aceptación, debe existir una transformación del dolor en
fortaleza, del estigma en identidad, y lo que antes podía verse como una marca
negativa ahora forma parte esencial de quién es. (Sartre, 1993).
Como se verá más adelante y a contracorriente de lo que Sartre (1993)
señala acerca de que el hombre es lo que hicieron de él (aunque también
sostiene que el hombre no tiene una esencia determinada, sino que es libre para
edificar su existencia mediante sus elecciones y acciones), nos daremos cuenta
de que -también- el hombre (Camilo) construye su historia y decide quedarse en
el statu quo filial en el que nace o erigirse desde el sacrificio, disciplina y
perseverancia hacia el éxito de vida. Se rompe con aquello que indica Luis
Porta de que el hombre no construye su historia, sino que esta es la que
escribe sobre él, lo atraviesa y constituye; o, lo que argumenta Dilthey, que
lo que el hombre es lo experimenta solo a través de su historia (como se
menciona Porta, 2021).
El Maestro Huella abraza con orgullo su historia y no la esconde. Sobre
su madre nos comenta: “mi madre lavaba ropa ajena mientras mi padre era
taxista” 1:10 ¶ 8. Y sigue “Solo conocí en mi familia el trabajo. Mi madre a
las 6 de la mañana ya estaba lavando ropa y se fajaba hasta las 10 de la noche
para que podamos comer” 1:262 ¶ 100.
“Mi padre a las 6 de la mañana se iba a trabajar en el taxi hasta las 11
de la noche en un carro alquilado” 1:263 ¶ 100. En este momento me apartaré un
poco del análisis sistemático y hermenéutico que he venido realizando, porque
lo que nos cuenta el doctor Morán toca una fibra muy sensible en mi interior.
Al escucharlo hablar, específicamente al relatar cómo su madre lavaba ropa
ajena, inmediatamente miré por el retrovisor de mi historia y, como una cascada
cálida de verano, vinieron a mí los recuerdos más profundos de mi
infancia. Hoy es 6 de mayo del año 2025
y hace apenas cinco días atrás conversaba con la señora Teresa, una vecina que
conocí siendo niño, cuando llegó a alquilar una habitación en la casa de mi Mamita
Pancha, allá en el canal del Barrio La Estación, en mi pueblo natal. Le contaba
emocionado que aquellos fueron, sin duda, los años más felices de mi vida: los
del río y el canal, las tardes interminables de fútbol improvisado con mis
amigos los Morán —curiosamente, sin parentesco alguno con el famoso Maestro
Huella—, las travesuras compartidas con mis primos los Naranjo y mis amigos los
Sánchez, los Paladines, los Anguisaca, las Peralta,
las Espinoza y tantos otros vecinos cuyos nombres hoy no logro evocar. Pero hay
algo más que deseo contar. En medio de aquellas risas y juegos, también estaban
las dificultades. Mi madre pasaba largas horas junto al río, lavando ropa ajena
para mantenernos. Mientras ella trabajaba bajo el sol o la lluvia, yo aprendía
a nadar entre remolinos y chapuzones. Yo también provengo de orígenes humildes,
y jamás sentiré vergüenza por ello.
Recuerdo que en una ocasión, mientras escribía
mi tesis doctoral, incluí un fragmento sobre esa etapa de mi vida. Mi mamá lo
leyó y, con cariño y tristeza, me dijo: —Hijo, por favor... quita esa parte. No
es algo que me guste recordar—. Pero la
historia, aunque duela, forma parte de nosotros y es lo que nos hace tener esa
identidad de la que hablan los filósofos y este aprendiz de las letras. Por eso
y de manera coincidente hace unos días, sentado frente a la computadora, con la
brisa que Guayaquil nos regala en las primeras horas de la mañana y que entra
por la ventana, publiqué en Facebook una frase que reflejaba lo que llevaba
dentro: “Nada puede borrar el pasado. Pero puedes aceptarlo y ser grato por la
enseñanza que te dejó —sea en forma de herida o de flor—”. Y así, desde esta mirada más humana que
académica, decidí rendir homenaje a mi madre, a mi barrio, a mis amigos y a
todos aquellos que, sin saberlo, sembraron en mí los valores que hoy me
sostienen. (Lenin Byron Mendieta Toledo, 2025).
Vuelo a Camilo.
Esta frase, enunciada por Camilo, engloba una fuerte carga simbólica y
existencial. Al leerla, nos revela significados culturales, sociales y
emocionales que, entrelazados, se convierten en un testimonio de vida que
trasciende lo individual para resonar con las experiencias de muchas familias
que cohabitan en contextos de pobreza estructural y perseveran en su lucha
cotidiana por la supervivencia (Malinowski B., 1984, 1989).
Desde un contexto histórico y social, la imagen de una madre que lava
ropa ajena y un padre que conduce un taxi es altamente representativa de las
realidades ocultas de los estratos sociales empobrecidos en América Latina
durante las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI. Estas
actividades laborales —aunque ser taxista pueda parecer un trabajo muy
remunerativo— reflejan un sistema económico desigual donde el acceso a empleos
formales, estables y dignos que están delimitados por las estructuras de poder
y los grupos élites que se encuentran enconchados en un statu quo hermético. La
economía informal, los trabajos múltiples y el esfuerzo colectivo familiar son
mecanismos de resistencia ante condiciones socioeconómicas adversas (Quijano,
A. 2020).
El profundo simbolismo de los oficios, como es lavar ropa ajena, puede
entenderse metafóricamente como un ejercicio de dignidad y humildad, de
servicio y entrega. Implica el contacto directo con la suciedad ajena, con las
necesidades ajenas, con la vida material de otros. En ese gesto repetido día a
día por la madre de nuestro Maestro Huella, hay una ética del trabajo y una
disposición al sacrificio que, muchas veces, pasa inadvertida socialmente. Aquí
se presenta una condición que es innata en los padres y es la de los cuidados
parentales (Mendieta Toledo L. B., 2023).
Por su parte, el ser taxista, más que estar sentado conduciendo un
vehículo, implica movilidad, conocimiento de la ciudad, interacción constante
con personas desconocidas y un trabajo “solitario” que exige resistencia física
y mental. El taxista es un personaje urbano que transita entre barrios,
historias y destinos; es el psicólogo de muchas vidas que acuden a él
inconscientemente para desfogar sus tristezas o contar sus alegrías. Ambos
oficios, aunque distintos, expresan una misma condición: la necesidad de
trabajar sin descanso para sostener una familia. No son trabajos glamorosos, ni
bien remunerados, pero son honestos, reales y fundamentales. Son trabajos que
los padres asumen porque tienen una responsabilidad filial (Aragón Andrade,
2011).
La dimensión identitaria de esta frase habla de la construcción de la
identidad personal. Quien dice haber crecido viendo a su madre lavar ropa y a
su padre manejar un taxi, está reconociendo que sus raíces están ancladas en la
humildad y el esfuerzo, pero también en la dignidad. Esta experiencia forma
parte del relato identitario, de la conciencia de clase y del sentido de
pertenencia. No es casual que muchos intelectuales, escritores o líderes
sociales provengan de estos entornos; justamente, esa vivencia temprana les da
una sensibilidad especial hacia las injusticias sociales y al deseo justificado
de salir del foso de la pobreza y darle a sus padres e hijos un mañana más
digno y con color de esperanza. (Foucault, 1976; Navarrete-Cazales,
Z., 2015).
Detrás de esta frase hay una memoria afectiva que reclama ser
reconocida. No es solo una descripción del pasado, sino una forma de honrar a
quienes construyeron las bases sobre las cuales Camilo edificó su vida. Es un
homenaje silencioso a la incólume fortaleza de su madre y la perseverancia de
su padre, figuras que fueron pilares fundamentales en la historia personal del
doctor Morán.
Desde Hellinger (2019). Lo tomamos como
aquella fidelidad familiar que existe y que actúa más allá de la percepción, y
que demandan ser reconocidas y respetadas para restaurar el balance
interno. Identificar esa memoria
emocional implica otorgarle su espacio a aquellos que fueron parte de esa
historia, incluso si ya no se encuentran físicamente presentes. Es un gesto de
integración que reconoce y valora las fuerzas y sacrificios de los progenitores
de Camilo, el doctor Morán establece una conexión saludable y de gratitud con
su origen. Esto le permite incorporar conscientemente esos abonos internos y
vivir desde un lugar de coherencia y pertenencia, sin quedar atrapado en culpas
o conflicto por aquella historia que lo atravesó y constituyó.
Desde una mirada fenomenológica, esta frase, desde el eco que provoca,
nos convoca a detenernos en lo ordinario para encontrar profundidad. La vida
cotidiana, con sus rutinas y dificultades, no es vacía ni banal. Al contrario,
es allí donde se forja el carácter de los grandes hombres, donde se aprenden
las primeras lecciones de responsabilidad, amor y resiliencia. Lavando ropa y
manejando un taxi, se tejió con sudor y lágrimas no solo la vida de Camilo sino
la de sus hermanos.
La frase “mi madre lavaba ropa ajena mientras mi padre era taxista”
expresa una forma de vida, un modelo de resistencia a la miseria, un legado de
esfuerzo y esperanza y una base identitaria que, como nos vamos a ir dando
cuenta, es sólida y robusta (Carpio, 2004). Esta frase encierra un fragmento de
memoria viviente histórica que, al ser interpretado, revela cómo las
estructuras económicas, las dinámicas familiares y los valores humanos se
entrelazan rizomáticamente para dar sentido a la
existencia de Camilo. Leerla nos permite dar significado y reconocer en ella
una voz que habla de dignidad, de lucha diaria y de amor callado (Dussel, I.,
& Southwell, M. 2015; Dussel, 2013).
Camilo menciona que fue un buen estudiante y que obtuvo reconocimientos
por ello. “En esa escuela gané las cinco medallas de oro desde segundo hasta
sexto grado. No sé cómo lo hacía pero fui el mejor
alumno de esa promoción de la escuela” 1:24 ¶ 10, y continua “fui el segundo
mejor bachiller de esa promoción” 1:14 ¶ 8. El Maestro Huella finaliza
diciéndonos: “uno de los mejores alumnos de mi promoción de la carrea de
medicina, está de jefe de cirugía en un hospital sueco. Nadie le ha regalado
nada” 1:321 ¶ 127. Y: “Fui Accésit al Contenta”1:35 ¶ 12. La vida de las
personas son un constructo que se va llenando con reconocimientos y estos
generan aquello que denominamos la autoestima. Es lo que engorda nuestro ego y
nos permite crecer. Hegel (2009), argumenta que el Yo leuda en conciencia desde
el reconocimiento del otro. Es este reconocimiento mutuo lo que permite ir
construyendo dialécticamente la identidad del sujeto en relación con los otros.
Al decir dialéctica, sostenemos que la identidad del sujeto no es una sustancia
fija. Es un proceso permanente de construcción intersubjetiva, donde el
reconocimiento del otro es el combustible para la autoestima.
Cuando Camilo nos cuenta sus logros estudiantiles, lo hace con
sencillez. No se denota sobrades en sus palabras y esto puede deberse a sus
años. Cuando se es niño y adolescente e incluso adultos, queremos ser
reconocidos, luchamos porque la gente nos valide. Sin embargo, al llegar a
adultos mayores, eso es menos importante, aunque si necesario. (Erikson, E. H.
citado en Widmany, W., 1985). Recuerdo cuando
escribía sobre Tareas filosóficas y mencionaba la teoría del capital de las
caricias de Steiner y que magistralmente las evoca Rovira (2015), este autor
invita al sujeto a mirar al otro, a otorgarle la caricia como gesto de amor
ágape que lo valida como ser humano. De igual forma, considero que aunque Camilo nos habla con tanta sencillez, es preciso
ese reconocimiento y validación de la que hablan los expertos.
La infancia y juventud del doctor Morán no fue fácil, es vivir con los
escasos emolumentos que recibían sus padres por sus labores cotidianas no
alcanzaron para dar una alimentación equilibrada a sus hijos. La leche, el
yogurt, los cereales, etc., eran parte de la ilusión perdida de aquellos hijos
que se criaron escuálidos desde lo que buenamente alcanzaba. Así, Camilo
comenta “Cuando me gradué de bachiller yo era muy desnutrido. Cada vez que ven
la foto de aquella época mis hijas lloran porque tenía una desnutrición
profunda, una desnutrición tremenda” 1:25 ¶ 11. Y aclara “la gente pobre come
lo que puede, si tiene arroz solo, pues come arroz solo” 1:127 ¶ 59.
Como se menciona, el hogar del doctor Morán fue humilde y la
alimentación no era la más cercana a un hotel cinco estrellas
sino que se comía lo que ese día había, como seguro ocurrirá con los cientos de
miles de hogares en el mundo. Sus hijas desde un gesto de conexión emocional,
compasión y empatía para con su padre, lloran al ver esa imagen que da cuenta
de la historia no narrada pero si expresada en una
foto. Como señala Ferrarotti (1984, 2011), una imagen dice más que mil
palabras, es una historia para ser interpretada desde nuestras sensibilidades y
requisitos experienciales.
El vínculo intergeneracional que existe entre padres e hijos es
incuestionable y en este caso emerge la memoria afectiva para hacer llorar a
las hijas de Camilo al ver la foto de su padre. Las desigualdades sociales en
que vivimos suelen ser muy hondas y el peso que cargamos desde nuestras
realidades, son invisibles al mundo y sus estructuras sociales. Si embargo,
esta narrativa nos permite no solo recordar, sino también resignificar el
pasado del otro -que está- para otorgarle sentido como parte de una historia
compartida y presentarlo a las nuevas generaciones de docentes universitarios
que tal vez no gozaron de la dicha de conocer a este Maestro Huella (Bourdieu,
P., y Passeron, J.-C., 1990).
La privación que los pobres tenemos de asistir a saraos y fiestas
propias para la edad juvenil suelen ser parte de la realidad en que viven.
Camilo comenta “Nunca asistí a una fiesta del colegio por falta de ropa” 1:26 ¶
11. Aquí se presentan algunos puntos a reflexionar: El no tener los recursos
para comprar ropa para asistir a una fiesta, el excluirse de asistir a las
mismas puede provocar resentimientos con la sociedad. Sin embargo, Camilo
reconoce que hubo un amigo que le prestó ropa para que pueda asistir a una de
esas reuniones en las cuales él se explayó con un discurso de corte político ya
que era dirigente estudiantil.
El trabajo fue una de las acciones que tuvo que realizar Camilo para
ayudar a su padres, por supuesto, no fue una labor
externa a su hogar, sino más bien, era de ayudante de su madre “En nuestra
etapa estudiantil tuvimos que ayudar a mi madre, nosotros llevábamos y
entregábamos la ropa que mi madre lavaba” 1:42 ¶ 13. Además menciona:
“mis padres siempre nos enseñaron el trabajo” 1:261 ¶ 100. Y culmina “vi a mis
padres como sacaron adelante a sus hijos trabajando de esa manera tan
sacrificada” 1:266 ¶ 100. Dentro de los roles parentales o del hogar, es
preciso mencionar que es responsabilidad de los padres el cuidado, vestimenta y
alimentación de sus hijos, pero también es función de los padres el enseñar a
los hijos el valor del trabajo. Como dice Camilo, el trabajo dignifica y el
éxito sin sacrificio no sirve. Esto es parte de la identidad del ser que nos
permite ser (Mendieta Toledo L. B., 2023).
Con relación a la política. Aunque esto lo veremos más adelante, Camilo
sostiene que: “Desde muchacho conocí y me integré a los grupos que luchaban por
un mundo diferente y desde ahí albergué esas convicciones y no las he
abandonado nunca” 1:33 ¶ 12. Y que: “No me he cambiado de camiseta política, no
he cambiado forma de pensar sobre la ética como persona y como profesional,
moriré así”. 1:89 ¶ 48. “Desde los 14 años tengo una posición política de
izquierda, toda mi vida he sido de izquierda y no me cambiado de camiseta”
1:281 ¶ 108. Como se puede colegir, el hecho de formar filas en grupos
políticos de izquierda que en aquellos años buscaban la redistribución del
mundo desde la justicia y equidad, hicieron que Camilo adquiera un fuerte
compromiso para defender las causas colectivas. La endoconciencia
se empezaba a subjetivar y en él se estructuraba una identidad política de
izquierda. (MacIntyre, A., & Valcárcel, A., 1987, como se menciona en Juri,
2019).
Un punto a tomar en cuenta es la admiración y respeto que el maestro
Camilo guarda por su hermano mayor. Sobre este dice que es su modelo a seguir:
“Bueno ¡Sí!. Mi hermano mayor”. 1:259 ¶ 100. Continúa
manifestando: “Él fue el modelo a seguir para mí y hasta ahora” 1:271 ¶ 101. Y
culmina: “Influyó mi hermano que era profesor de jurisprudencia” 1:275 ¶ 104.
“Verlo a él triunfar, ver que llegaba todo elegante con su traje y corbata a
nosotros nos sirvió de modelo”. 1:277 ¶ 106. Al igual que su hermano, sus padres
son sus modelos: “ese modelo de honradez lo tengo de mis padres y de mi hermano
mayor, porque fue el primer profesional que hubo en la familia”. 1:268 ¶ 100.
Hace unos días comentaba acerca de la incidencia que pueden tener los hermanos
mayores en la vida de los pequeños y la persona con la que estaba dialogando me
decía que suele ser en positivo y en negativo. En este caso, la influencia fue
positiva.
Convertirse en el modelo de alguien es un orgullo para cualquier
persona, más aún si somos el modelo de nuestros hermanos pequeños. Dentro de lo
que se denomina el aprendizaje social, es a través de la observación e
imitación que se van adquiriendo comportamientos, actitudes y metas. Considero
que -aunque Camilo no lo afirma- el hermano mayor fue quien incidió para que
nuestro Maestro Huella se haya convertido en docente universitario. El ver a su
hermano salir a dar clases a la universidad y luego verlo regresar todo
elegante con traje y corbata pudo activar en Camilo una identificación con lo
académico y profesional. Siendo este modelo el que marcó en la vida de Camilo
conductas específicas y la percepción de capacidades para las cuales no estaba
preparado “autoeficacia” (Bandura, 1977, como se menciona en Girardi, P., et
al., 2018).
Al estar tratando de interpretar la identidad del ser, es preciso
mencionar a McAdams, (2001). El autor sostiene que
las personas construimos nuestra identidad mediante las historias personales
que pueden ser coherentes y positivas o antagónicas a estas. En el caso del
doctor Moran el haber tenido como modelo a su hermano el cual no solo fue una
anécdota para la superación sino parte constitutiva y narrativa que le dio
sentido al sendero vital de Camilo. Además, desde el punto de vista
sociológico, existe la premisa de la transmisión de capital cultural que
sostiene que la familia es la encargada de trasmitir no solamente
conocimientos, sino también, hábitos y disposiciones que permiten el acceso a
trayectorias sociales y educativas, en este caso, el seguir la estela académica
de su hermano pudo ser consecuencia de esa trasmisión. (Bourdieu &
Passeron, 1990).
Al igual que su hermano, camilo empezó a trabajar como docente en la
universidad de Guayaquil cuando aún era muy joven. En esa época a los docentes
se los formaba como ayudantes de cátedra y luego se los contrataba desde las
premisas de mejores estudiantes en su etapa estudiantil. Camilo comenta:
“Imagina los 27 años ya fui docente y mi madre ya en esa época ya no lavaba
porque mi hermano mayor ya no la dejó lavar y la alegría al decirles que había
ganado el concurso esa fue una satisfacción y un orgullo de mis padres” 1:274 ¶
103. Con mucha emoción continua “fui el orgullo familiar porque toda conquista de los hijos repercuten primero en los
padres”. 1:276 ¶ 104. Para quienes estamos en la tarea de interpretar estas
entrevistas, nos convoca la alegría al ver cómo se van construyendo las
identidades con el paso del tiempo y como se van tejiendo los caminos vitales
en nuestro Maestro Huella, la frase que menciona Camilo dan cuenta de un
profundo contenido biográfico, emocional y simbólico que abona la vida de este
personaje tan emblemático que a través del esfuerzo, superación y disciplina,
fue alcanzando el reconocimiento en la sociedad y se convirtió en el orgullo de
su familia.
Camilo saca viruta a su Yo profesional y construye una identidad a
partir de una narrativa que es coherente en todos los pasajes de su vida.
Llegar a ser docentes a tan corta edad es el resultado de haber sido un buen
estudiante y una buena persona. Este logro tiene un significado sin parangón ya
que abre las puertas del sentido a la vida le solemos dar cuando conseguimos
nuestro primer trabajo formal y que mejor si este se lo consigue a través de un
concurso. McAdams (2001).
Desde un punto de vista social, el hecho de ganar un concurso para
trabajar como docente en una universidad, hace que la familia se sienta
orgullosa de su hijo. El reconocimiento del que se habla en algunos pasajes de
este estudio salta a la vista en la frase de Camilo “esa fue una satisfacción y
un orgullo de mis padres”. Honneth (1997) indica que
el reconocimiento se gesta desde tres esferas: amor, derechos y solidaridad.
Mismas que son fundamentales en la formación de la identidad del sujeto.
También, el mencionar que: “mi madre ya en esa época ya no lavaba ropa
porque mi hermano mayor ya no la dejó lavar” esto dicho por Camilo encierra un
potente mensaje acerca de las transformaciones de género y cuidado familiar.
Aquí se puede entender aquello de los cambios de roles de género en la familia
ya que el hermano mayor toma la responsabilidad de resguardar a su madre de esa
tarea tan pesada como es la de lavar ropa ajena. Es propio mencionar que antes
se lavaba la ropa a mano, las máquinas que lavaban ropa eran un sueño para los
hogares humildes de la época. Los modelos tradicionales de distribución del
trabajo rompen el molde que hoy se puede ver por todos lados en donde las
abuelas tienen que seguir cuidando de sus hijos y ahora de sus nietos.
Casi para finalizar esta interpretación sobre la red rizomática de la
constitución del ser, traemos a colación una de las frases que nos dijo el
doctor Morán acerca del orden de las cosas “una de las cosas que más fastidio
me da es el desorden. Desde ahí todo en orden, todo en orden. Todo informe
clínico tiene que estar escrito” 1:335 ¶ 131. El hombre percibe las cosas a
través de las estructuras mentales que tienen que estar en orden sobre lo
sensible. Antes que la acción está la idea y el hecho de tener organizadas las
prioridades de su vida mediante categorías como tiempo, espacio y causalidad
hacen que la vida se le vuelva más llevadera; en cambio, el desorden se
convierte en un caos que amenaza su estructura mental y su praxis. (Kant,
2020).
Como una cuestión ética que marca la constitución de Camilo que le
otorga identidad emerge la parte dela frase que dice
que los informes clínicos deben estar escritos y ordenados. MacIntyre (2007)
argumenta que el vivir bien consiste en ser coherente dentro de la tradición de
prácticas cotidianas y profesionales que demandan de virtudes como el orden,
disciplina, perseverancia y la responsabilidad. Tan solo la práctica lleva a la
excelencia y Camilo optó por el orden como sinónimo de virtud que le permitió un
pleno desarrollo de sus potencialidades profesionales (como se menciona en
Juri, 2019).
Para cerrar esta red, se trae la frase que recuerda los orígenes de
Camilo “Como te decía mi familia vino de mucha pobreza” 1:260 ¶ 100. Y ser
pobre no es delito, lo que es una irresponsabilidad es mantenerse en el statu
quo de miseria en el que pudimos haber nacido. Cito las palabras que se le
atribuyen a uno de los hombres más ricos del mundo, el empresario Bill Gates,
fundador de Microsoft quien dijo que nadie tiene la culpa de haber nacido pobres pero si se somos culpables de morir pobres.
Como se puede colegir a lo largo de este entramado rizomático que hemos
construido, Camilo es muestra de que la identidad se deconstruye y constituye
mediante el esfuerzo personal, la responsabilidad individual del sujeto y la
movilidad social ascendente. Tomo las tres premisas que tiene que tener el
hombre para llegar a ser: esfuerzo, disciplina, perseverancia.
CONCLUSIONES
La identidad se forja a partir del pasado personal y de la familia. Es
propio decir que esta no es algo inherente ni inmutable, sino que se va
amasando a través de las vivencias, en particular aquellas caracterizadas por
el dolor, el esfuerzo y el compromiso de los progenitores. Para Camilo, su
identidad como individuo y profesional se encuentra rizomatizada
en sus raíces humildes, en el modelo de vida de sus padres y en el recuerdo
emocional y nostálgico de su niñez. Esta identidad narrativa es constituyente y
proporciona consistencia y significado a su vida. Por tanto, decimos que la
identidad humana es un relato en continua formación, respaldado en las
historias familiares y las experiencias tempranas.
Con relación a la aceptación social y familiar, esta es constituyente y
configura la autoestima del sujeto. A lo largo de su existencia, Camilo ha
obtenido muchas distinciones académicas y profesionales que han ayudado a
robustecer su autoconfianza. Estos éxitos no solo se derivan del esfuerzo
personal, sino también de la interacción dialéctica entre el yo y el otro -que
son su familia-; en otras palabras, el reconocimiento del ambiente fortalece la
identidad y posibilita que el individuo se afirme tanto en el ámbito personal
como laboral. El hombre requiere del reconocimiento externo para construir una
autoestima robusta, aunque con el paso del tiempo dicha necesidad se asimila y
se la toma con calma y humildad.
En cuanto a la pobreza, esta no es determinante en el individuo si
existe una conversión del sufrimiento en fortaleza. Camilo nació en un ambiente de extrema
pobreza y miseria, sin embargo, no dejó que eso influyera en su camino –“las
piedras del camino son el camino en sí” dice Lechowski,
en una de sus canciones. Mediante el
estudio, la labor de ayudar a su madre y la disciplina, consiguió trascender su
entorno socioeconómico. Este
procedimiento conlleva una conversión del sufrimiento en potencia, del estigma
en identidad, lo que concuerda con la
noción de la lealtad familiar y la recuperación del equilibrio interno a través
del reconocimiento consciente del pasado.
La identidad tiene la capacidad y potencia de resistir y modificar las
estructuras sociales que la oprimen cuando existe compromiso ético, resiliencia
y tenacidad.
Los modelos significativos desempeñan un papel esencial en la
construcción del yo. En el caso de Camilo, tanto su hermano mayor como sus
padres se convirtieron en referentes fundamentales para la construcción de su
Yo. Especialmente su hermano, quien fue el primer profesional de la familia,
este le abrió la posibilidad de imaginar una vida diferente, impulsando
procesos de identificación y aprendizaje social. Esta influencia resultó
determinante para Camilo y su decisión de seguir la vocación docente en la universidad.
Concluyo en decir que los modelos personales actúan como guías internas que
acompañan y orientan el desarrollo identitario y profesional de cada individuo.
La constitución ética y política de Camilo se muestra firme y coherente
con los valores que asumió desde sus inicios, esta le otorgó una identidad
sólida. Desde la juventud, adoptó una postura ideológica de izquierda
fundamentada en principios como la justicia, la equidad y la solidaridad. A lo
largo de su vida ha mantenido esta visión, lo cual demuestra una identidad
política y moral incólume, fiel a los valores que forjaron su juventud y años
colegiales y universitarios. Esta actitud permite aseverar que la virtud está
ligada a una narrativa coherente y a la continuidad de los principios a través
del tiempo. Por tanto, una identidad bien construida se sostiene en la
fidelidad a sus valores esenciales, incluso frente a los cambios y desafíos que
presenta la vida.
Según lo que podemos interpretar de Camilo Morán, el hombre no es
únicamente el resultado de su entorno, sino también un agente activo en la
construcción de su propia historia. Su identidad se va configurando en la
convergencia de varios elementos fundamentales: la memoria familiar, el
reconocimiento que recibe de la sociedad, los modelos a seguir, su ética
personal y la constante lucha por superarse. Este Maestro Huella es un ser que,
arraigado en su pasado, decidió mirar hacia el futuro con coherencia, dignidad
y un claro sentido de propósito. Su trayectoria vital ilustra cómo el orden
interior, el esfuerzo sostenido y la fidelidad a sus valores son factores clave
para moldear una identidad sólida, auténtica y capaz de transformar tanto su
vida como la de quienes le rodean incluidos sus estudiantes de la Carrera de
Medicina en la Universidad de Guayaquil.
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