Volumen 7 / Nro. 20 / Mayo - agosto 2025 / ISSN: 2708-6305 / ISSN-L: 2708-6305 / Pág. 3 - 15

 

La constitución del ser en los Maestro Huella de las universidades del Ecuador. Primeros hallazgos sobre Camilo Morán Rivas

 

The constitution of being within Maestro Huella of Ecuadorian Universities, First findings on Camilo Morán Rivas

 

Lenin Mendieta Toledo

leninmendietat@uge.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-8385-898X

Universidad de Guayaquil, Guayaquil, Ecuador

 

https://doi.org/10.61287/warisata.v7i20.1

 

 

| Artículo recibido: 10 de noviembre 2024 | Arbitrado: 05 de diciembre 2024 | Aceptado: 10 de febrero 2025 | Publicado: 10 de mayo 2025

 

RESUMEN

El estudio se centra en la constitución del ser como sujeto identitario. Su propósito fue comprender los relatos biográficos del doctor Camilo Morán Rivas, docente de Cardiología en la Universidad de Guayaquil, explorando sus narrativas vitales para la interpretación de su constitución identitaria. Para ello, se diseñó una investigación cualitativa e interpretativa basada en narrativas biográficas y autobiográficas, seleccionando a un docente reconocido por su integridad ética como Maestro Huella en 2022. Los instrumentos empleados incluyeron encuestas y entrevistas, mientras que el procesamiento de datos se realizó con el software ATLAS.ti versión 25, aplicando un análisis rizomático para una interpretación hermenéutica fundamentada en el método del discurso. La selección de participantes obedeció a criterios predefinidos de inclusión y exclusión, y se garantizó la ética del estudio mediante el consentimiento informado escrito del docente involucrado. Los hallazgos revelaron que: La identidad se forja a partir del pasado personal y de la familia; la aceptación social y familiar, es constituyente y configura la autoestima del sujeto; la pobreza no es determinante en el individuo si existe una conversión del sufrimiento en fortaleza; los modelos significativos desempeñan un papel esencial en la construcción del yo; el hombre no es únicamente el resultado de su entorno, sino también un agente activo en la construcción de su propia historia.

 

Palabras clave: Constitución del ser; Maestros Huella; Identidad; Autoestima; Modelos significativos

 

ABSTRACT

The study focuses on the constitution of the self as an identity subject. Its purpose was to understand the biographical accounts of Dr. Camilo Morán Rivas, professor of Cardiology at the University of Guayaquil, exploring his vital narratives for the interpretation of his identity constitution. For this purpose. A qualitative and interpretative research was designed based on biographical and autobiographical narratives, selecting a professor recognized for his ethical integrity as “Maestro Huella” in 2022. The instruments used included surveys and interviews, while data processing was carried out with ATLAS.ti version 25 software, applying a rhizomatic analysis for a hermeneutic interpretation based on the discourse method. The selection of participants obeyed predefined inclusion and exclusion criteria, and the ethics of the study were guaranteed by the written informed consent of the teacher involved. The findings revealed that: Identity is forged from the personal and family past; social and family acceptance, it is constitutive and configures the subject's self-esteem; poverty is not determinant in the individual if there is a conversion of suffering into strength; meaningful models, play an essential role in the construction of oneself; man is not only the result of his environment, but also an active agent in the construction of his own history.

 

Keywords: Constitution of oneself; Maestro Huella; Identity; Self-steam; Meaningful models

 

INTRODUCCIÓN

La categoría "Maestros Huella" surge a partir del estudio FCI-012 llevado a cabo por la Universidad de Guayaquil y de la tesis doctoral Relatos de vida de profesores universitarios. Una aproximación biográfica y narrativa sobre los valores, ética y moral en la enseñanza (Mendieta Toledo, 2022), en la cual se examinan las prácticas pedagógicas en instituciones de educación superior de Ecuador. Un Maestro Huella es aquel cuya influencia trasciende lo académico, convirtiéndose en un modelo ético y pedagógico para sus estudiantes. Estos docentes no solo comparten conocimientos, sino que también generan inspiración constante en los espacios educativos, donde alumnos y profesores interactúan para transformar el aprendizaje en una experiencia científica, activa y significativa.

Al explorar este tema, surgió con frecuencia la siguiente pregunta: ¿En tu trayectoria académica has tenido un Maestro Huella? La mayoría respondió afirmativamente, aunque hubo excepciones; algunos participantes no recordaron haber tenido figuras similares o describieron su paso por el sistema educativo como una etapa marcada por experiencias desfavorables (Mariscal Touzard & Mendieta Toledo, 2022). Para entender cabalmente quiénes son los Maestros Huella, resulta esencial adoptar una visión integral que reconozca al ser humano como un sujeto en constante desarrollo, siempre en busca de su autorrealización (Heidegger, 2010).

La constitución del ser la podemos ver como:

Existe la relación entre el ser y el pensar, luego ese pensar condiciona y limita al ser. Cuando cuestionamos la memoria histórica como aquella que nos atraviesa, nos damos cuenta de que no existe como tal, sino que existe una memoria en el sujeto que está situada y constituida, es esta memoria que se encuentra haciendo reflexionar otra vez al ser, luego el hombre tiene una carga histórica que lo constituye desde antes de nacer (Mendieta, 2020).

Y es que el ser es un sujeto constituido y sitiado desde antes de nacer. Existen teorías como las de Hellinger (2019) que hablan de una carga o tara transgeneracional que hacen que el hombre venga y determinado a cumplir una tarea, sin embargo ¿Cuál es esa tarea que condicional al ser?. No es solamente que heredamos los rasgos del color de la piel, los ojos o el cabello, también hay que tomar en cuanta gestos y rasgos que poseen los padres y que se van desarrollando en los hijos. Es a esto a lo que se denomina la constitución del ser; por tanto, estamos condicionados a factores intrínsecos y extrínsecos, esta constitución es la que determina la identidad del sujeto que lo hace ser único e irrepetible (Carpio, 2004).

Al decir que el hombre está condicionado desde antes de na-ser, evoco lo mencionado por Mendieta (2022):

El 85% de los fetos se activan al escuchar un himno futbolístico: se despiertan, mueven la boca y sacan la lengua cuando oyen esta música en el interior del vientre materno. Todos los futuros bebés reaccionan de forma parecida independientemente del himno que estén escuchando. Cada vez más mujeres eligen el himno de su equipo preferido para estimular al feto durante su embarazo (p. 354).

Como se puede colegir, los fetos reciben estímulos que los condiciona para su desarrollo, entonces, desde antes de na-ser están siendo amasados por su padres. Lo mismo ocurre una vez que ya han nacido, tanto sus padres en primera instancia como la familia, son los agentes condicionantes de la identidad del niño; luego, vienen los familiares, la escuela, los amigos, el colegio. Como podemos darnos cuenta, son estos factores externos los que van condicionando al sujeto y este va adoptando una identidad.

La teoría de la identidad social, explica cómo los individuos forman su autopercepción basándose en su afiliación a determinados colectivos sociales, tales como aquellos vinculados a la nacionalidad, la fe o la clase social. De acuerdo con esta teoría, las personas intentan preservar y potenciar su autoestima al asociarse con colectivos que aprecian positivamente y al distanciarse de aquellos que consideran externos o diferentes. Este fenómeno puede generar actitudes positivas hacia los integrantes del grupo propio (favoritismo grupal), además de prejuicios y estereotipos hacia aquellos que forman parte de otros grupos. El procedimiento conlleva tres fases esenciales: categorizar a los individuos en grupos sociales, identificarse emocionalmente con determinados grupos que fortalezcan la autoimagen, y contrastar de forma prejuiciada a su propio grupo con otros, siempre beneficiando al interno, esta teoría tiene como objetivo describir los procesos psicológicos y las dinámicas sociales que inciden en la conducta de grupos, particularmente en situaciones de discriminación, prejuicios y desigualdad. (Tajfel & Turner, 1986).

De acuerdo con la teoría psicoanalítica de Freud, la constitución de la identidad del ser desde una perspectiva constructivista, esta se fundamenta en la interacción y el cambio entre el Ello, el Yo y el Superyó. La identidad no es inmutable, sino que se forja y evoluciona mediante la interacción del individuo con su ambiente y con otros.(como se menciona en Toledo Jofré, M. I., 2012).

Taylor (1989), percibe la identidad no únicamente como un suceso personal, sino como un proceso profundamente enraizado en lo social y cultural. El autor elabora una visión de la identidad personal que se forja en conversación con las comunidades y los contextos culturales a los que nos vinculamos. Según Taylor (1994), la identidad no es una elección absoluta del individuo, ni tampoco está totalmente definida por elementos externos. En realidad, se convierte en un encuentro entre la introspección personal y las influencias sociales, donde las costumbres, principios y lenguajes éticos del ambiente son esenciales para moldear al ser.

A criterio de Taylor (1994) es el concepto del “yo dialogante”, de acuerdo con el cual el ser humano se caracteriza por medio del diálogo tanto consigo mismo como con los demás. Para el autor, somos entidades interpretativas que otorgamos significado a nuestras existencias mediante diálogos internos y externos, situados en contextos históricos y culturales particulares. Para el autor, las identidades colectivas tales como la cultural, étnica o nacional son requisitos previos imprescindibles para el desarrollo de una identidad personal genuina. No somos personas independientes que se encuentran fuera de cualquier comunidad, sino seres hermenéuticos que se crean en redes de significados comunes. Por consiguiente, el tener identidad es ser genuino y esto no implica perseguir deseos internos, sino también atender a ciertos bienes y marcos de valor que nos han sido otorgados por nuestra historia conjunta.

En las universidades a nivel mundial, hay docentes buenos, regulares y malos. Los excelentes maestros poseen características específicas que los diferencian del resto: Rasgos pedagógicos que se incluyen en el perfil epistemológico del profesor y también en el perfil humano, los mismos que se ubican en el contexto interpersonal; Rasgos ideológicos y del sistema de creencias. Este perfil epistemológico que otorga características personales a todos los profesores, es indudablemente el entramado epistémico más integral que puede haber para describir a aquellos maestros que sus alumnos ven como excelentes docentes. Por lo tanto, es una combinación de habilidades, principios, ética y moral que convierten a estos en Maestros de Huella (Merellano-Navarro, et al., 2016; (Mendieta Toledo. L. B., & Mendieta Toledo. L. R., 2021; Mendieta Toledo, L. B., 2023).

Los Maestros Huella son aquellos buenos docentes que existen en las universidades e instituciones educativas de todo el mundo. Un docente considerado Maestro Huella posee competencias pedagógicas, de comunicación e interacción social, valores, ética y moral. Son seres humanos sensibles y compasivos que tiene en la mirada al otro su esencia que los identifica como seres extraordinarios. En el campo de la enseñanza, realizan una macedonia con la pedagogía, didáctica y las cuestiones cotidianas del ser humano y con aquellas situaciones que mueven el país. Por tanto, son seres multidimensionales que poseen como pedigrí el amor ágape por la docencia y sus estudiantes (Mariscal Touzard, L., et al., 2021).

 

MÉTODO

El estudio realizado fue de tipo cualitativo e interpretativo, centrado en los relatos biográficos y autobiográficos (Denzel & Lincoln, 2012, 2015). Para la recolección de información, se utilizaron encuestas cuyo instrumento principal fue un cuestionario dirigido a estudiantes de último semestre de la carrera de medicina (Jansen, 2013). Además, se aplicó la técnica de la entrevista, empleando un guion semiestructurado para indagar en profundidad al Maestro Huella seleccionado, el doctor Camilo Morán Rivas, profesor titular de la Universidad de Guayaquil (Díaz Bravo et al., 2013; Kvale, 2019).

Los datos obtenidos fueron sistematizados y codificados mediante el software ATLAS.ti versión 25. Se realizaron entramados rizomáticos por categorías emergentes (Friese, 2012), lo cual posibilitó una interpretación hermenéutica de la entrevista (Kornblit, 2007), fundamentada en el método del discurso (Balzer, 2002; Gadamer, 1992).

Durante la fase de selección, se resguardó la identidad de los docentes bajo el principio ético de confidencialidad. Mediante una encuesta aplicada a estudiantes de último año de la carrera de Medicina, se identificaron a aquellos docentes que destacan por buenas prácticas pedagógicas, investigativas y humanas dentro del aula y en su relación con los estudiantes (Mendieta Toledo, 2022). El propósito general del estudio fue comprender los relatos biográficos del doctor Camilo Morán Rivas, docente de Cardiología en la Universidad de Guayaquil, explorando sus narrativas vitales para la interpretación de su constitución identitaria.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Para la selección de los Maestros Huella, se realizó una encuesta con un cuestionario de preguntas a 122 estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas, en la Carrera de Medicina en el periodo lectivo 2022 CII. Se presentaron resultados por cada categoría de análisis que permitieron generar redes rizomáticas.

 

Tabla 1. Valores, ética y moral del docente universitario

Ítem

D1

D2

D3

D4

D5

D6

D7

D8

D9

D10

T

Mencione a aquellos docentes que por sus valores, ética y moral son considerados Maestros Huella por Usted

5

3

1

1

82

5

4

7

7

7

122

Nota: Datos obtenidos de la encuesta a estudiantes de último semestre de la Facultad de Ciencias Médicas, en la Carrera de Medicina en el periodo lectivo 2022 CII

 

Figura 1. Valores, ética y moral del docente universitario

Nota: Datos obtenidos de la encuesta a estudiantes de último semestre de la Facultad de Ciencias Médicas, en la Carrera de Medicina en el periodo lectivo 2022 CII

 

Análisis. El 67.2% de los estudiantes indicaron que el docente D5 que en lo posterior se lo llamará por su nombre. Camilo Morán Rivas, es considerado como su Maestro Huella. Los D8, D9, y D10 fueron escogidos por un 5,7% del estudiantado; los D1 y D7 alcanzaron el 4,1%; el D6 llegó al 3,3%; el D2 al 2,5%; los D3 y D4 fueron escogidos por el 0,8% de los estudiantes.

 

Figura 2. Red rizomática de la constitución del ser

 

Interpretación

El ser es un sujeto que está anclado, constituido a un sistema de creencias que lo hace ser lo que es. Posee una serie de características que le otorgan una identidad que como pedigrí lo particularizan del resto de seres humanos, así, Camilo Morán Rivas solo será idéntico a Camilo Morán Rivas. Nadie podrá ser Camilo Morán Rivas a no ser que él mismo. Este principio de identidad se encuentra cifrado en los principios ontológicos de la filosofía y aunque pueden existir muchos que sean iguales a Camilo Morán Rivas, ninguno será idéntico a él. Esta es la razón de porque en nuestro estudio tomamos cada palabra, frase y pensamiento de este nuestro Maestro Huella para tratar de interpretar aquello que él nos ha comentado (Carpio, 2004).

Tratamos de hacer hablar desde nuestros niños requisitos previos aquello que en las entrevistas nos supo decir el doctor Morán. Sobre la constitución del ser llamado Camilo Morán Rivas, dejamos algunas de esas frases que emergen para ser trabajadas y desde la potencia y pulsión que estas generan se conviertan en las perlas que todos podamos admirar -reflexionar- e interpretar tantas veces como lectores acudan a este convite que nos da nuestro Maestro Huella.

 

Aquí algunas frases.

Sobre los orígenes del Maestro Huella, este nos comenta: “Vengo de un hogar de pobreza extrema de lo que me siento bien orgulloso” 1:9 8. De entrada, para conocer a Camilo, esta frase nos genera tanta pulsión que nos permite inferir que en el doctor Morán existe una conexión muy personal y compleja con el sufrimiento, la identidad y la dignidad humana. Nuestro Maestro Huella no solo reconoce su pasado, sino que lo abraza con orgullo, como si el dolor hubiera dejado de ser una carga para convertirse en una fuente de fuerza. Para llegar a esta aceptación, debe existir una transformación del dolor en fortaleza, del estigma en identidad, y lo que antes podía verse como una marca negativa ahora forma parte esencial de quién es. (Sartre, 1993).

Como se verá más adelante y a contracorriente de lo que Sartre (1993) señala acerca de que el hombre es lo que hicieron de él (aunque también sostiene que el hombre no tiene una esencia determinada, sino que es libre para edificar su existencia mediante sus elecciones y acciones), nos daremos cuenta de que -también- el hombre (Camilo) construye su historia y decide quedarse en el statu quo filial en el que nace o erigirse desde el sacrificio, disciplina y perseverancia hacia el éxito de vida. Se rompe con aquello que indica Luis Porta de que el hombre no construye su historia, sino que esta es la que escribe sobre él, lo atraviesa y constituye; o, lo que argumenta Dilthey, que lo que el hombre es lo experimenta solo a través de su historia (como se menciona Porta, 2021).

El Maestro Huella abraza con orgullo su historia y no la esconde. Sobre su madre nos comenta: “mi madre lavaba ropa ajena mientras mi padre era taxista” 1:10 ¶ 8. Y sigue “Solo conocí en mi familia el trabajo. Mi madre a las 6 de la mañana ya estaba lavando ropa y se fajaba hasta las 10 de la noche para que podamos comer” 1:262 ¶ 100.

“Mi padre a las 6 de la mañana se iba a trabajar en el taxi hasta las 11 de la noche en un carro alquilado” 1:263 ¶ 100. En este momento me apartaré un poco del análisis sistemático y hermenéutico que he venido realizando, porque lo que nos cuenta el doctor Morán toca una fibra muy sensible en mi interior. Al escucharlo hablar, específicamente al relatar cómo su madre lavaba ropa ajena, inmediatamente miré por el retrovisor de mi historia y, como una cascada cálida de verano, vinieron a mí los recuerdos más profundos de mi infancia.  Hoy es 6 de mayo del año 2025 y hace apenas cinco días atrás conversaba con la señora Teresa, una vecina que conocí siendo niño, cuando llegó a alquilar una habitación en la casa de mi Mamita Pancha, allá en el canal del Barrio La Estación, en mi pueblo natal. Le contaba emocionado que aquellos fueron, sin duda, los años más felices de mi vida: los del río y el canal, las tardes interminables de fútbol improvisado con mis amigos los Morán —curiosamente, sin parentesco alguno con el famoso Maestro Huella—, las travesuras compartidas con mis primos los Naranjo y mis amigos los Sánchez, los Paladines, los Anguisaca, las Peralta, las Espinoza y tantos otros vecinos cuyos nombres hoy no logro evocar. Pero hay algo más que deseo contar. En medio de aquellas risas y juegos, también estaban las dificultades. Mi madre pasaba largas horas junto al río, lavando ropa ajena para mantenernos. Mientras ella trabajaba bajo el sol o la lluvia, yo aprendía a nadar entre remolinos y chapuzones. Yo también provengo de orígenes humildes, y jamás sentiré vergüenza por ello.  Recuerdo que en una ocasión, mientras escribía mi tesis doctoral, incluí un fragmento sobre esa etapa de mi vida. Mi mamá lo leyó y, con cariño y tristeza, me dijo: —Hijo, por favor... quita esa parte. No es algo que me guste recordar—.  Pero la historia, aunque duela, forma parte de nosotros y es lo que nos hace tener esa identidad de la que hablan los filósofos y este aprendiz de las letras. Por eso y de manera coincidente hace unos días, sentado frente a la computadora, con la brisa que Guayaquil nos regala en las primeras horas de la mañana y que entra por la ventana, publiqué en Facebook una frase que reflejaba lo que llevaba dentro: “Nada puede borrar el pasado. Pero puedes aceptarlo y ser grato por la enseñanza que te dejó —sea en forma de herida o de flor—”.  Y así, desde esta mirada más humana que académica, decidí rendir homenaje a mi madre, a mi barrio, a mis amigos y a todos aquellos que, sin saberlo, sembraron en mí los valores que hoy me sostienen. (Lenin Byron Mendieta Toledo, 2025).

 

Vuelo a Camilo.

Esta frase, enunciada por Camilo, engloba una fuerte carga simbólica y existencial. Al leerla, nos revela significados culturales, sociales y emocionales que, entrelazados, se convierten en un testimonio de vida que trasciende lo individual para resonar con las experiencias de muchas familias que cohabitan en contextos de pobreza estructural y perseveran en su lucha cotidiana por la supervivencia (Malinowski B., 1984, 1989).

Desde un contexto histórico y social, la imagen de una madre que lava ropa ajena y un padre que conduce un taxi es altamente representativa de las realidades ocultas de los estratos sociales empobrecidos en América Latina durante las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI. Estas actividades laborales —aunque ser taxista pueda parecer un trabajo muy remunerativo— reflejan un sistema económico desigual donde el acceso a empleos formales, estables y dignos que están delimitados por las estructuras de poder y los grupos élites que se encuentran enconchados en un statu quo hermético. La economía informal, los trabajos múltiples y el esfuerzo colectivo familiar son mecanismos de resistencia ante condiciones socioeconómicas adversas (Quijano, A. 2020).

El profundo simbolismo de los oficios, como es lavar ropa ajena, puede entenderse metafóricamente como un ejercicio de dignidad y humildad, de servicio y entrega. Implica el contacto directo con la suciedad ajena, con las necesidades ajenas, con la vida material de otros. En ese gesto repetido día a día por la madre de nuestro Maestro Huella, hay una ética del trabajo y una disposición al sacrificio que, muchas veces, pasa inadvertida socialmente. Aquí se presenta una condición que es innata en los padres y es la de los cuidados parentales (Mendieta Toledo L. B., 2023).

Por su parte, el ser taxista, más que estar sentado conduciendo un vehículo, implica movilidad, conocimiento de la ciudad, interacción constante con personas desconocidas y un trabajo “solitario” que exige resistencia física y mental. El taxista es un personaje urbano que transita entre barrios, historias y destinos; es el psicólogo de muchas vidas que acuden a él inconscientemente para desfogar sus tristezas o contar sus alegrías. Ambos oficios, aunque distintos, expresan una misma condición: la necesidad de trabajar sin descanso para sostener una familia. No son trabajos glamorosos, ni bien remunerados, pero son honestos, reales y fundamentales. Son trabajos que los padres asumen porque tienen una responsabilidad filial (Aragón Andrade, 2011).

La dimensión identitaria de esta frase habla de la construcción de la identidad personal. Quien dice haber crecido viendo a su madre lavar ropa y a su padre manejar un taxi, está reconociendo que sus raíces están ancladas en la humildad y el esfuerzo, pero también en la dignidad. Esta experiencia forma parte del relato identitario, de la conciencia de clase y del sentido de pertenencia. No es casual que muchos intelectuales, escritores o líderes sociales provengan de estos entornos; justamente, esa vivencia temprana les da una sensibilidad especial hacia las injusticias sociales y al deseo justificado de salir del foso de la pobreza y darle a sus padres e hijos un mañana más digno y con color de esperanza. (Foucault, 1976; Navarrete-Cazales, Z., 2015).

Detrás de esta frase hay una memoria afectiva que reclama ser reconocida. No es solo una descripción del pasado, sino una forma de honrar a quienes construyeron las bases sobre las cuales Camilo edificó su vida. Es un homenaje silencioso a la incólume fortaleza de su madre y la perseverancia de su padre, figuras que fueron pilares fundamentales en la historia personal del doctor Morán.

Desde Hellinger (2019). Lo tomamos como aquella fidelidad familiar que existe y que actúa más allá de la percepción, y que demandan ser reconocidas y respetadas para restaurar el balance interno.  Identificar esa memoria emocional implica otorgarle su espacio a aquellos que fueron parte de esa historia, incluso si ya no se encuentran físicamente presentes. Es un gesto de integración que reconoce y valora las fuerzas y sacrificios de los progenitores de Camilo, el doctor Morán establece una conexión saludable y de gratitud con su origen. Esto le permite incorporar conscientemente esos abonos internos y vivir desde un lugar de coherencia y pertenencia, sin quedar atrapado en culpas o conflicto por aquella historia que lo atravesó y constituyó.

Desde una mirada fenomenológica, esta frase, desde el eco que provoca, nos convoca a detenernos en lo ordinario para encontrar profundidad. La vida cotidiana, con sus rutinas y dificultades, no es vacía ni banal. Al contrario, es allí donde se forja el carácter de los grandes hombres, donde se aprenden las primeras lecciones de responsabilidad, amor y resiliencia. Lavando ropa y manejando un taxi, se tejió con sudor y lágrimas no solo la vida de Camilo sino la de sus hermanos.

La frase “mi madre lavaba ropa ajena mientras mi padre era taxista” expresa una forma de vida, un modelo de resistencia a la miseria, un legado de esfuerzo y esperanza y una base identitaria que, como nos vamos a ir dando cuenta, es sólida y robusta (Carpio, 2004). Esta frase encierra un fragmento de memoria viviente histórica que, al ser interpretado, revela cómo las estructuras económicas, las dinámicas familiares y los valores humanos se entrelazan rizomáticamente para dar sentido a la existencia de Camilo. Leerla nos permite dar significado y reconocer en ella una voz que habla de dignidad, de lucha diaria y de amor callado (Dussel, I., & Southwell, M. 2015; Dussel, 2013).

Camilo menciona que fue un buen estudiante y que obtuvo reconocimientos por ello. “En esa escuela gané las cinco medallas de oro desde segundo hasta sexto grado. No sé cómo lo hacía pero fui el mejor alumno de esa promoción de la escuela” 1:24 ¶ 10, y continua “fui el segundo mejor bachiller de esa promoción” 1:14 ¶ 8. El Maestro Huella finaliza diciéndonos: “uno de los mejores alumnos de mi promoción de la carrea de medicina, está de jefe de cirugía en un hospital sueco. Nadie le ha regalado nada” 1:321 ¶ 127. Y: “Fui Accésit al Contenta”1:35 ¶ 12. La vida de las personas son un constructo que se va llenando con reconocimientos y estos generan aquello que denominamos la autoestima. Es lo que engorda nuestro ego y nos permite crecer. Hegel (2009), argumenta que el Yo leuda en conciencia desde el reconocimiento del otro. Es este reconocimiento mutuo lo que permite ir construyendo dialécticamente la identidad del sujeto en relación con los otros. Al decir dialéctica, sostenemos que la identidad del sujeto no es una sustancia fija. Es un proceso permanente de construcción intersubjetiva, donde el reconocimiento del otro es el combustible para la autoestima.

Cuando Camilo nos cuenta sus logros estudiantiles, lo hace con sencillez. No se denota sobrades en sus palabras y esto puede deberse a sus años. Cuando se es niño y adolescente e incluso adultos, queremos ser reconocidos, luchamos porque la gente nos valide. Sin embargo, al llegar a adultos mayores, eso es menos importante, aunque si necesario. (Erikson, E. H. citado en Widmany, W., 1985). Recuerdo cuando escribía sobre Tareas filosóficas y mencionaba la teoría del capital de las caricias de Steiner y que magistralmente las evoca Rovira (2015), este autor invita al sujeto a mirar al otro, a otorgarle la caricia como gesto de amor ágape que lo valida como ser humano. De igual forma, considero que aunque Camilo nos habla con tanta sencillez, es preciso ese reconocimiento y validación de la que hablan los expertos.

La infancia y juventud del doctor Morán no fue fácil, es vivir con los escasos emolumentos que recibían sus padres por sus labores cotidianas no alcanzaron para dar una alimentación equilibrada a sus hijos. La leche, el yogurt, los cereales, etc., eran parte de la ilusión perdida de aquellos hijos que se criaron escuálidos desde lo que buenamente alcanzaba. Así, Camilo comenta “Cuando me gradué de bachiller yo era muy desnutrido. Cada vez que ven la foto de aquella época mis hijas lloran porque tenía una desnutrición profunda, una desnutrición tremenda” 1:25 ¶ 11. Y aclara “la gente pobre come lo que puede, si tiene arroz solo, pues come arroz solo” 1:127 ¶ 59. 

Como se menciona, el hogar del doctor Morán fue humilde y la alimentación no era la más cercana a un hotel cinco estrellas sino que se comía lo que ese día había, como seguro ocurrirá con los cientos de miles de hogares en el mundo. Sus hijas desde un gesto de conexión emocional, compasión y empatía para con su padre, lloran al ver esa imagen que da cuenta de la historia no narrada pero si expresada en una foto. Como señala Ferrarotti (1984, 2011), una imagen dice más que mil palabras, es una historia para ser interpretada desde nuestras sensibilidades y requisitos experienciales.

El vínculo intergeneracional que existe entre padres e hijos es incuestionable y en este caso emerge la memoria afectiva para hacer llorar a las hijas de Camilo al ver la foto de su padre. Las desigualdades sociales en que vivimos suelen ser muy hondas y el peso que cargamos desde nuestras realidades, son invisibles al mundo y sus estructuras sociales. Si embargo, esta narrativa nos permite no solo recordar, sino también resignificar el pasado del otro -que está- para otorgarle sentido como parte de una historia compartida y presentarlo a las nuevas generaciones de docentes universitarios que tal vez no gozaron de la dicha de conocer a este Maestro Huella (Bourdieu, P., y Passeron, J.-C., 1990).

La privación que los pobres tenemos de asistir a saraos y fiestas propias para la edad juvenil suelen ser parte de la realidad en que viven. Camilo comenta “Nunca asistí a una fiesta del colegio por falta de ropa” 1:26 ¶ 11. Aquí se presentan algunos puntos a reflexionar: El no tener los recursos para comprar ropa para asistir a una fiesta, el excluirse de asistir a las mismas puede provocar resentimientos con la sociedad. Sin embargo, Camilo reconoce que hubo un amigo que le prestó ropa para que pueda asistir a una de esas reuniones en las cuales él se explayó con un discurso de corte político ya que era dirigente estudiantil.

El trabajo fue una de las acciones que tuvo que realizar Camilo para ayudar a su padres, por supuesto, no fue una labor externa a su hogar, sino más bien, era de ayudante de su madre “En nuestra etapa estudiantil tuvimos que ayudar a mi madre, nosotros llevábamos y entregábamos la ropa que mi madre lavaba” 1:42 ¶ 13.  Además menciona: “mis padres siempre nos enseñaron el trabajo” 1:261 ¶ 100. Y culmina “vi a mis padres como sacaron adelante a sus hijos trabajando de esa manera tan sacrificada” 1:266 ¶ 100. Dentro de los roles parentales o del hogar, es preciso mencionar que es responsabilidad de los padres el cuidado, vestimenta y alimentación de sus hijos, pero también es función de los padres el enseñar a los hijos el valor del trabajo. Como dice Camilo, el trabajo dignifica y el éxito sin sacrificio no sirve. Esto es parte de la identidad del ser que nos permite ser (Mendieta Toledo L. B., 2023).

Con relación a la política. Aunque esto lo veremos más adelante, Camilo sostiene que: “Desde muchacho conocí y me integré a los grupos que luchaban por un mundo diferente y desde ahí albergué esas convicciones y no las he abandonado nunca” 1:33 ¶ 12. Y que: “No me he cambiado de camiseta política, no he cambiado forma de pensar sobre la ética como persona y como profesional, moriré así”. 1:89 ¶ 48. “Desde los 14 años tengo una posición política de izquierda, toda mi vida he sido de izquierda y no me cambiado de camiseta” 1:281 ¶ 108. Como se puede colegir, el hecho de formar filas en grupos políticos de izquierda que en aquellos años buscaban la redistribución del mundo desde la justicia y equidad, hicieron que Camilo adquiera un fuerte compromiso para defender las causas colectivas. La endoconciencia se empezaba a subjetivar y en él se estructuraba una identidad política de izquierda. (MacIntyre, A., & Valcárcel, A., 1987, como se menciona en Juri, 2019).

Un punto a tomar en cuenta es la admiración y respeto que el maestro Camilo guarda por su hermano mayor. Sobre este dice que es su modelo a seguir: “Bueno ¡Sí!. Mi hermano mayor”. 1:259 ¶ 100. Continúa manifestando: “Él fue el modelo a seguir para mí y hasta ahora” 1:271 ¶ 101. Y culmina: “Influyó mi hermano que era profesor de jurisprudencia” 1:275 ¶ 104. “Verlo a él triunfar, ver que llegaba todo elegante con su traje y corbata a nosotros nos sirvió de modelo”. 1:277 ¶ 106. Al igual que su hermano, sus padres son sus modelos: “ese modelo de honradez lo tengo de mis padres y de mi hermano mayor, porque fue el primer profesional que hubo en la familia”. 1:268 ¶ 100. Hace unos días comentaba acerca de la incidencia que pueden tener los hermanos mayores en la vida de los pequeños y la persona con la que estaba dialogando me decía que suele ser en positivo y en negativo. En este caso, la influencia fue positiva.

Convertirse en el modelo de alguien es un orgullo para cualquier persona, más aún si somos el modelo de nuestros hermanos pequeños. Dentro de lo que se denomina el aprendizaje social, es a través de la observación e imitación que se van adquiriendo comportamientos, actitudes y metas. Considero que -aunque Camilo no lo afirma- el hermano mayor fue quien incidió para que nuestro Maestro Huella se haya convertido en docente universitario. El ver a su hermano salir a dar clases a la universidad y luego verlo regresar todo elegante con traje y corbata pudo activar en Camilo una identificación con lo académico y profesional. Siendo este modelo el que marcó en la vida de Camilo conductas específicas y la percepción de capacidades para las cuales no estaba preparado “autoeficacia” (Bandura, 1977, como se menciona en Girardi, P., et al., 2018).

Al estar tratando de interpretar la identidad del ser, es preciso mencionar a McAdams, (2001). El autor sostiene que las personas construimos nuestra identidad mediante las historias personales que pueden ser coherentes y positivas o antagónicas a estas. En el caso del doctor Moran el haber tenido como modelo a su hermano el cual no solo fue una anécdota para la superación sino parte constitutiva y narrativa que le dio sentido al sendero vital de Camilo. Además, desde el punto de vista sociológico, existe la premisa de la transmisión de capital cultural que sostiene que la familia es la encargada de trasmitir no solamente conocimientos, sino también, hábitos y disposiciones que permiten el acceso a trayectorias sociales y educativas, en este caso, el seguir la estela académica de su hermano pudo ser consecuencia de esa trasmisión. (Bourdieu & Passeron, 1990).

Al igual que su hermano, camilo empezó a trabajar como docente en la universidad de Guayaquil cuando aún era muy joven. En esa época a los docentes se los formaba como ayudantes de cátedra y luego se los contrataba desde las premisas de mejores estudiantes en su etapa estudiantil. Camilo comenta: “Imagina los 27 años ya fui docente y mi madre ya en esa época ya no lavaba porque mi hermano mayor ya no la dejó lavar y la alegría al decirles que había ganado el concurso esa fue una satisfacción y un orgullo de mis padres” 1:274 ¶ 103. Con mucha emoción continua “fui el orgullo familiar porque toda conquista de los hijos repercuten primero en los padres”. 1:276 ¶ 104. Para quienes estamos en la tarea de interpretar estas entrevistas, nos convoca la alegría al ver cómo se van construyendo las identidades con el paso del tiempo y como se van tejiendo los caminos vitales en nuestro Maestro Huella, la frase que menciona Camilo dan cuenta de un profundo contenido biográfico, emocional y simbólico que abona la vida de este personaje tan emblemático que a través del esfuerzo, superación y disciplina, fue alcanzando el reconocimiento en la sociedad y se convirtió en el orgullo de su familia.

Camilo saca viruta a su Yo profesional y construye una identidad a partir de una narrativa que es coherente en todos los pasajes de su vida. Llegar a ser docentes a tan corta edad es el resultado de haber sido un buen estudiante y una buena persona. Este logro tiene un significado sin parangón ya que abre las puertas del sentido a la vida le solemos dar cuando conseguimos nuestro primer trabajo formal y que mejor si este se lo consigue a través de un concurso. McAdams (2001).

Desde un punto de vista social, el hecho de ganar un concurso para trabajar como docente en una universidad, hace que la familia se sienta orgullosa de su hijo. El reconocimiento del que se habla en algunos pasajes de este estudio salta a la vista en la frase de Camilo “esa fue una satisfacción y un orgullo de mis padres”. Honneth (1997) indica que el reconocimiento se gesta desde tres esferas: amor, derechos y solidaridad. Mismas que son fundamentales en la formación de la identidad del sujeto.

También, el mencionar que: “mi madre ya en esa época ya no lavaba ropa porque mi hermano mayor ya no la dejó lavar” esto dicho por Camilo encierra un potente mensaje acerca de las transformaciones de género y cuidado familiar. Aquí se puede entender aquello de los cambios de roles de género en la familia ya que el hermano mayor toma la responsabilidad de resguardar a su madre de esa tarea tan pesada como es la de lavar ropa ajena. Es propio mencionar que antes se lavaba la ropa a mano, las máquinas que lavaban ropa eran un sueño para los hogares humildes de la época. Los modelos tradicionales de distribución del trabajo rompen el molde que hoy se puede ver por todos lados en donde las abuelas tienen que seguir cuidando de sus hijos y ahora de sus nietos.

Casi para finalizar esta interpretación sobre la red rizomática de la constitución del ser, traemos a colación una de las frases que nos dijo el doctor Morán acerca del orden de las cosas “una de las cosas que más fastidio me da es el desorden. Desde ahí todo en orden, todo en orden. Todo informe clínico tiene que estar escrito” 1:335 ¶ 131. El hombre percibe las cosas a través de las estructuras mentales que tienen que estar en orden sobre lo sensible. Antes que la acción está la idea y el hecho de tener organizadas las prioridades de su vida mediante categorías como tiempo, espacio y causalidad hacen que la vida se le vuelva más llevadera; en cambio, el desorden se convierte en un caos que amenaza su estructura mental y su praxis. (Kant, 2020).

Como una cuestión ética que marca la constitución de Camilo que le otorga identidad emerge la parte dela frase que dice que los informes clínicos deben estar escritos y ordenados. MacIntyre (2007) argumenta que el vivir bien consiste en ser coherente dentro de la tradición de prácticas cotidianas y profesionales que demandan de virtudes como el orden, disciplina, perseverancia y la responsabilidad. Tan solo la práctica lleva a la excelencia y Camilo optó por el orden como sinónimo de virtud que le permitió un pleno desarrollo de sus potencialidades profesionales (como se menciona en Juri, 2019).

Para cerrar esta red, se trae la frase que recuerda los orígenes de Camilo “Como te decía mi familia vino de mucha pobreza” 1:260 ¶ 100. Y ser pobre no es delito, lo que es una irresponsabilidad es mantenerse en el statu quo de miseria en el que pudimos haber nacido. Cito las palabras que se le atribuyen a uno de los hombres más ricos del mundo, el empresario Bill Gates, fundador de Microsoft quien dijo que nadie tiene la culpa de haber nacido pobres pero si se somos culpables de morir pobres.

Como se puede colegir a lo largo de este entramado rizomático que hemos construido, Camilo es muestra de que la identidad se deconstruye y constituye mediante el esfuerzo personal, la responsabilidad individual del sujeto y la movilidad social ascendente. Tomo las tres premisas que tiene que tener el hombre para llegar a ser: esfuerzo, disciplina, perseverancia.

 

CONCLUSIONES

La identidad se forja a partir del pasado personal y de la familia. Es propio decir que esta no es algo inherente ni inmutable, sino que se va amasando a través de las vivencias, en particular aquellas caracterizadas por el dolor, el esfuerzo y el compromiso de los progenitores. Para Camilo, su identidad como individuo y profesional se encuentra rizomatizada en sus raíces humildes, en el modelo de vida de sus padres y en el recuerdo emocional y nostálgico de su niñez. Esta identidad narrativa es constituyente y proporciona consistencia y significado a su vida. Por tanto, decimos que la identidad humana es un relato en continua formación, respaldado en las historias familiares y las experiencias tempranas.

Con relación a la aceptación social y familiar, esta es constituyente y configura la autoestima del sujeto. A lo largo de su existencia, Camilo ha obtenido muchas distinciones académicas y profesionales que han ayudado a robustecer su autoconfianza. Estos éxitos no solo se derivan del esfuerzo personal, sino también de la interacción dialéctica entre el yo y el otro -que son su familia-; en otras palabras, el reconocimiento del ambiente fortalece la identidad y posibilita que el individuo se afirme tanto en el ámbito personal como laboral. El hombre requiere del reconocimiento externo para construir una autoestima robusta, aunque con el paso del tiempo dicha necesidad se asimila y se la toma con calma y humildad.

En cuanto a la pobreza, esta no es determinante en el individuo si existe una conversión del sufrimiento en fortaleza.  Camilo nació en un ambiente de extrema pobreza y miseria, sin embargo, no dejó que eso influyera en su camino –“las piedras del camino son el camino en sí” dice Lechowski, en una de sus canciones.  Mediante el estudio, la labor de ayudar a su madre y la disciplina, consiguió trascender su entorno socioeconómico.  Este procedimiento conlleva una conversión del sufrimiento en potencia, del estigma en identidad,  lo que concuerda con la noción de la lealtad familiar y la recuperación del equilibrio interno a través del reconocimiento consciente del pasado.  La identidad tiene la capacidad y potencia de resistir y modificar las estructuras sociales que la oprimen cuando existe compromiso ético, resiliencia y tenacidad.

Los modelos significativos desempeñan un papel esencial en la construcción del yo. En el caso de Camilo, tanto su hermano mayor como sus padres se convirtieron en referentes fundamentales para la construcción de su Yo. Especialmente su hermano, quien fue el primer profesional de la familia, este le abrió la posibilidad de imaginar una vida diferente, impulsando procesos de identificación y aprendizaje social. Esta influencia resultó determinante para Camilo y su decisión de seguir la vocación docente en la universidad. Concluyo en decir que los modelos personales actúan como guías internas que acompañan y orientan el desarrollo identitario y profesional de cada individuo.

La constitución ética y política de Camilo se muestra firme y coherente con los valores que asumió desde sus inicios, esta le otorgó una identidad sólida. Desde la juventud, adoptó una postura ideológica de izquierda fundamentada en principios como la justicia, la equidad y la solidaridad. A lo largo de su vida ha mantenido esta visión, lo cual demuestra una identidad política y moral incólume, fiel a los valores que forjaron su juventud y años colegiales y universitarios. Esta actitud permite aseverar que la virtud está ligada a una narrativa coherente y a la continuidad de los principios a través del tiempo. Por tanto, una identidad bien construida se sostiene en la fidelidad a sus valores esenciales, incluso frente a los cambios y desafíos que presenta la vida.

Según lo que podemos interpretar de Camilo Morán, el hombre no es únicamente el resultado de su entorno, sino también un agente activo en la construcción de su propia historia. Su identidad se va configurando en la convergencia de varios elementos fundamentales: la memoria familiar, el reconocimiento que recibe de la sociedad, los modelos a seguir, su ética personal y la constante lucha por superarse. Este Maestro Huella es un ser que, arraigado en su pasado, decidió mirar hacia el futuro con coherencia, dignidad y un claro sentido de propósito. Su trayectoria vital ilustra cómo el orden interior, el esfuerzo sostenido y la fidelidad a sus valores son factores clave para moldear una identidad sólida, auténtica y capaz de transformar tanto su vida como la de quienes le rodean incluidos sus estudiantes de la Carrera de Medicina en la Universidad de Guayaquil.

 

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