Volumen 5 / Nro. 13
/ Enero - abril 2023
/ ISSN: 2708-6305 / ISSN-L:
2708-6305 / Pág. 83 – 88
Los Andes, objeto de estudio interdisciplinario
The Andes, an object of interdisciplinary study
Chess Emmanuel Briceño Nuñez
chesspiare@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-1712-4136
Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela
I Artículo recibido en diciembre 2022 I Arbitrado en enero 2023 I Aceptado en febrero 2023 I Publicado en abril 2023
RESUMEN
El
documento que se presenta constituye una disertación analítica referida al
estudio de Los Andes desde distintas ópticas, considerando 3 ejes
interdisciplinarios: geobiológico, humano y social: En el primer eje, el
geobiológico, se encuentran abordados los aspectos biofísicos de los Andes
Venezolanos, así como los aportes destacados de los naturalistas extranjeros
presentes en el territorio durante el siglo XIX, propuestos desde la
interconexión entre las ciencias naturales y las ciencias humanas. Igualmente,
la ecología y etnobotánica en esta región andina. En el segundo eje, el humano, se abordan temas con una visión
eminentemente social, que pondera, desde una óptica sociológica y humanista,
los Andes como espacio de enunciación y la mirada etnohistórica que puede
hacerse sobre los Andes Venezolanos. En el tercer eje, el social, Los Andes puede
considerarse desde la antropología, teniendo en cuenta la importancia de los
estudios inter, multi y transdisciplinarios
sobre la sociedad, el ambiente y la historia de la región objeto de estudio. Finalmente, algunas nociones sobre la
reconfiguración andina en la geopolítica global.
Palabras
clave: Andes; Antropología; Cultura; Estudios culturales; Estudios sociales
ABSTRACT
This paper is an
analytical dissertation on the study of the Andes from different points of
view, considering 3 interdisciplinary axes: geobiological,
human and social. In the first axis, the geobiological,
the biophysical aspects of the Venezuelan Andes are addressed, as well as the
outstanding contributions of foreign naturalists present in the territory
during the nineteenth century, proposed from the interconnection between
natural and human sciences. Likewise, ecology and ethnobotany in this Andean region. In the second
axis, the human one, topics are approached with an eminently social vision,
which ponders, from a sociological and humanistic point of view, the Andes as a
space of enunciation and the ethnohistorical look
that can be made on the Venezuelan Andes. In the third axis, the social, the
Andes can be considered from anthropology, taking into account the importance
of inter, multi and transdisciplinary studies on the
society, the environment and the history of the region under study. Finally, some notions on the Andean reconfiguration in global
geopolitics.
Key words: Andes; Anthropology; Culture; Cultural studies;
Social studies
INTRODUCCIÓN
Para
explorar, entender y comprender Los Andes como un objeto de estudio
interdisciplinario conviene ubicarse en lo que desde los estudios sociales se
llama espacio y no solo en el espacio físico, sino en las repercusiones que
vienen acompañadas al hacer esa consideración, y es que pensar en Los Andes es
evocar palabras y frases como: “frio”, “verde”, “montaña”, “ropa de lana”, y
está bien. P
porque a la cordillera de Los Andes se le comprende mejor cuando se le
considera como un todo.
El
sistema montañoso andino, es un sistema eminentemente biofísico, que incide
sobre la población y por ende sobre las actividades que desempeñan los
individuos que hacen vida en ella. Hay que tener en cuenta aspectos tales como
el relieve, la altitud y el clima. Así pues, los Andes presentan fenómenos
geográficos complejos como “un desierto en plena cordillera Andina” (Caso
Atacama, Republica de Chile).
Para
acercarse a una noción del término Andes, resulta pertinente considerar la
explicación toponímica del término y su significación, de allí que se acepte
como efectivo que la palabra Andes tiene su origen en el quechua “Anti”, que
traduce a español como “cresta elevada”. Una de las principales singularidades
de los Andes tiene que ver con que constituyen la cadena montañosa más larga
del planeta, aunado al hecho que son una región de alta actividad sísmica y
volcánica, por ubicarse en el Cinturón o Anillo de Fuego del Pacífico. Por lo tanto,
al desarrollar esta aproximación de Los Andes resulta provechoso considerar
primero lo espacio temporal del territorio para así abordar en segundo lugar
desde un enfoque multidisciplinario los aspectos analíticos que impactan la
región que es objeto de este ensayo.
1. Los Andes: una mirada espacio-temporal
La
cordillera andina latinoamericana posee una altitud promedio de 3660 metros,
con varios picos que alcanzan los 6000 msnm. Los picos más altos se encuentran
en Perú, Argentina y Ecuador, mientras que los más bajos están en los extremos
norte y sur. Se inicia al sur de Chile y se extiende en cadenas paralelas que
recorren Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y parte de Venezuela. (Ver
Figura 1)Contiene aproximadamente más de 100 variedades de ecosistemas, 45.000
plantas vasculares (20.000 endémicas) y 3.400 especies de vertebrados (1.567
endémicos) en apenas el 1% de la masa continental de la Tierra. En el
territorio venezolano la región andina se prolonga hasta las proximidades del
mar Caribe. (Buytaert
et al. 2006: 54).
Figura 1. Mapa
de Referencia sobre los Andes Latinoamericanos
Fuente: Briceño (2022)
Myers
et al (2000) indican que los Andes constituyen la cadena montañosa más larga
del planeta y la más elevada fuera de Asia. La cordillera andina se extiende paralelamente
a las costas del Océano Pacífico a lo largo de 7.420 km, cubren una extensión
de 1.542.644 Km2, tiene una anchura aproximada de 200 a 700
kilómetros y una elevación máxima de 6,962 metros, en el cerro Aconcagua, en
Argentina.
Los
sistemas atmosféricos andinos se ven afectados por la orografía, por los principales
sistemas de circulación regionales y por las corrientes oceánicas. Influye la
presencia de bosque amazónico al este, el desplazamiento de la ZCIT y la
presencia de los vientos alisios del norte. Es una cordillera de orogenia Mesozoica-Terciaria.
Se considera que estas montañas son geológicamente jóvenes; se presume que su formación
tuvo su génesis tras la fragmentación de Pangea, y
que durante la época de los dinosaurios la región estuvo ocupada por un gran
lago o un mar interior. Las montañas se levantaron durante los últimos 100
millones de años, principalmente entre el Cretácico y el Terciario. (Clapperton 1993; Fjeldsa y Krabbe 1990).
Los
investigadores antes citados, enfatizan en que, pese a las inestables
condiciones geológicas en gran parte de su extensión y a la menor concentración
de oxígeno debido a la altitud, varios pueblos nativos poblaron y pueblan la
región de los Andes, tras adaptarse al relieve y a la altitud. El relieve y el
clima han condicionado el poblamiento de la región andina, que en su mayoría
está repleta, como se expresa en términos agronómicos, de tierras sanas y abundantes
aguas.
En
el caso de estudio que ocupa el presente escrito, los centros poblados venezolanos
se levantaron especialmente en los Valles de los ríos Torbes,
Escalante, Uribante, Mocotíes,
Chama, Momboy y Motatán.
Surgiendo de esta manera, numerosos pueblos y ciudades que hoy forman parte de
un diversificado sistema de intercambio en el que las distintas actividades
económicas se complementan. Aunque la Cordillera de los Andes se extiende desde
Venezuela hasta el extremo sur del continente, es convencional llamar
"andinos" solo a las personas que hacen vida en las áreas
socioculturalmente reconocidas como tales, en cada país de la cordillera andina
suramericana o aquellos lugares bajo su influencia (Monasterio, 1998).
Aun
así, la región andina es muy amplia, abarca a la mayoría de las poblaciones y
civilizaciones de los actuales territorios de Bolivia y Perú que son andinas por
antonomasia. También a aquellos que han ocupado la sierra norte de Chile y
Argentina. Y sin embargo, hay andinos distintos, andinos sui generis, como los andinos venezolanos, quienes siendo
genotípica y fenotípicamente mestizos, son también caribeños
A
pesar de que la ocupación humana comenzó hace más de 20.000 años, los inicios
de la agricultura y el crecimiento demográfico andino son mucho más recientes.
En los últimos 8.000 años se desarrolló una agricultura especializada en el desierto
y las tierras altas. Desde el punto vista histórico, en 1532, bajo el dominio
europeo, las actividades extractivas como la minería de plata, estaño y cobre,
para los mercados extranjeros, se vieron favorecidas a tal punto que la
agricultura andina y las prácticas agroproductivas
originarias permitieron un mejor manejo de los recursos naturales de las
elevadísimas altitudes, siendo paulatinamente devaluadas y mayoritariamente
olvidadas (Velázquez, 2003).
En
el marco de los estudios del sistema agrícola andino, se evidencian algunos
elementos característicos que resulta importantes destacar, como por ejemplo la
amplia gama de circunstancias geográficas (montañas muy altas en latitudes
ecuatoriales y tropicales, un desierto costero de 3,000 millas, la selva
amazónica al este) en las que hay entornos ecológicos únicos y diferentes, cada
uno con su propio microambiente que debe ser comprendido y explotado. Fue allí
donde los primeros pobladores andinos domesticaron docenas de cultivos con
miles de variedades, la mayoría de ellos desconocidos fuera del área andina, siendo
casos de renombre el de la papa, el maíz y posiblemente el algodón (Velázquez, 2001)
Esta
multiplicidad de cultivos minuciosamente adaptados y la domesticación de la
fauna local, hizo que las montañas fueran habitables para millones de personas,
de hecho, la mayor parte de la población de los Andes centrales siempre ha
vivido entre los 8.000 y los 13.000 pies. La gran altura, con sus 200, 250, e incluso
300 noches de heladas al año, representa un desafío para cualquier sistema
agrícola.
A
partir del conocimiento íntimo de las condiciones ambientales, ciertos grupos
humanos desarrollaron un conjunto de valores que pueden haber comenzado por un
deseo de minimizar los riesgos, pero que pronto se constituyó en un ideal
económico y político. Cada sociedad andina, ya fuese un pequeño grupo étnico
local o de comunidad más organizada, se esforzaron por controlar
simultáneamente una amplia variedad de historias ecológicas, así como sus
propias realidades sociales. Por consiguiente, una mirada de los Andes desde
una perspectiva espacio temporal, permite situar el debate sobre lo andino
reconociendo su complejidad y el valor de la interdisciplinariedad para su
abordaje como objeto de estudio.
2.
Aspectos
analíticos desde un enfoque interdisciplinario
Actualmente
hay una imagen estereotipada de los Andes que muestra la pobreza sobre un fondo
de montañas desoladas e improductivas, donde millones insisten, contra toda
lógica aparente, en vivir a 10.000 pies (3.000 metros) o más sobre el nivel del
mar. En ningún otro lugar la gente ha vivido durante tantos miles de años en
circunstancias tan visiblemente vulnerables. Sin embargo, esta percepción de
los pueblos andinos coexiste con otra, basada en el impresionante escenario de
sitios arqueológicos como Machu Picchu, la majestuosidad de los palacios de
piedra inca en Cuzco o Huánuco Pampa y la belleza de los textiles o cerámicas
andinas en museos de todo el mundo. Asimismo, la preocupación reportada de los
reyes incas por el bienestar de sus súbditos y las obras de riego a gran escala
y terrazas construidas por estos pueblos, en su mayoría abandonadas.
Estas
dos visiones de los pueblos andinos y sus logros se pueden conciliar si se
reconoce que los recursos y el potencial ecológico de este territorio y del
pueblo allí asentado, dependen de la forma cómo se usan los recursos naturales
e inmateriales de las comunidades originarias. La región andina, aprovechada
alguna vez por grandes civilizaciones, aún mantiene su herencia agrícola,
tecnología de cultivo y riego, organización originaria y movimientos sociales adaptados
a la realidad actual, este cuadro político-económico y socio-cultural
representa una parte de la complejidad de lo andino en el contexto del siglo
XXI
Lograda
una aproximación interdisciplinaria de Los Andes, es posible entender la
vinculación de lo espacio-temporal con lo humano y las relaciones sociales, en
un contexto amplio en el que haya lugar para un estudio comparativo de los
múltiples procesos asociados a los fenómenos migratorios, comparando esa
interacción particular del entorno material y espacial, los vínculos afectivos
del ser humano y la percepción del otro. La viabilidad de un trabajo de grado
que considere cualquiera de las múltiples aristas de Los Andes como objeto de
estudio, debe considerarse en todo momento bajo el lente de lo espacio
temporal, ya que como bien señala el científico y académico Robert Lanza: “Tenemos estas
palabras 'espacio' y 'tiempo', pero no puedes tocarlas. No son objetos, no son
cosas, van para siempre. El espacio y el tiempo son realmente herramientas de
la percepción sensorial animal, la forma en que organizamos y construimos la
información” (Lanza, R. and Berman, B. 2009, 22).
Entendiendo la
premisa antes planteada como un axioma fundamental para el abordaje de los
fenómenos antropológicos y sociales, se puede tener a los Andes Venezolanos
como un objeto de estudio interdisciplinar, en el que existen constantes
diálogos entre lo histórico y lo geográfico, económico y político, social y cultural.
A partir de los
argumentos presentados, este ensayo constituye una oportunidad para interactuar
con el conocimiento y las perspectivas de la región andina. Se invita al lector
a reflexionar sobre Los Andes desde un enfoque humano, cercano y real,
considerando en todo momento las similitudes y diferencias entre lo social y
cultural conocido y la información presentada, a fin de lograr una aproximación
a Los Andes en su complejidad.
REFERENCIAS
Buytaert, W., R. Celleri, B. De Bièvre, R. Hofstede, F. Cisneros,
G. Wyseure, and J. Deckers. (2006). Human Impact on the
Hydrology of the Andean Paramos. Earth-Science
Reviews, 79: 53–72.
Clapperton, C. M. 1993. Quaternary
Geology and Geomorphology of South America. Elsevier Press. Amsterdam. 795 Pp.
Fjeldså, J. y N. Krabbe. 1990. Birds of the High Andes – A Manual to the Birds of the Temperate
Zone of the Andes and Patagonia, South America. Zoological
Museum – University of Copenhagen and Apollo Books. Svendborg.
Lanza,
R. and Berman, B. (April
14, 2009). Biocentrism: How Life and Consciousness Are the Keys to Understanding
the True Nature of the Universe. BenBella Books. ISBN 978-1-933771-69-4.
Monasterio,
M. (1998). “Poblamiento humano y uso de la tierra en los Altos Andes de
Venezuela”. En Monasterio (ed.): Estudios Ecológicos en los Páramos Andinos.
ULA. Mérida.
Myers, N., R. A. Mittermeier,
C. G. Mittermeier, G. A. B. da Fonseca, and J. Kent. 2000. Biodiversity Hotspots for Conservation Priorities. Nature 403: 853-858.
Velázquez, N. (2001). Inmigrantes, cambios tecnológicos y
diversificación agrícola en los Andes Venezolanos. Agroalimentaria, 6(13),
85-98. Recuperado en 17 de agosto de 2022, de http://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-03542001000200007&lng=es&tlng=es.
Velázquez,
N. (2003) “Ambiente, sociedad e historia en los valles altos andinos de
Venezuela (1930-1999)” Fermentum. Revista Venezolana
de Sociología y Antropología, vol. 13, núm. 36, enero - abril, 2003, pp. 38 -
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